Los mandalas como terapia

Usar mandalas como terapia se ha hecho desde tiempos remotos en Oriente, ahora también tenemos la suerte de poder conocerlos y aplicarlos a nuestra vida.

Los mandalas como terapia
Juan José Sánchez Ortiz
Terapeuta físico, emocional y coach. Articulista experto en salud, ecología, desarrollo personal y ONGs en medios digitales e impresos. Periodista de investigación con trabajos referenciados en artículos, tesis de postgrado y doctorales.

¿Qué son los mandalas?

Los mandalas son una serie de dibujos con sentido simbólico para la espiritualidad budista  e hindú, dentro de éste para más exactitud en el brahmanismo, su uso como terapia da muy buenos resultados.

El origen de la palabra es sánscrito y se traduce como «círculo sagrado». Los mandalas son representaciones sencillas del macrocosmos y el microcosmos. O sea, del universo y del hombre como entidad que comparte todo el contenido del universo a nivel minúsculo.

Los mandalas como terapia

La terapia con mandalas es fácil, económica y tiene una vertiente creativa y artística que la hace muy atractiva, sobre todo para los occidentales a los que nos cuesta más sentarnos  a meditar.

La base terapéutica del dibujo de mandalas se centra en la capacidad que produce para entrar en estado de meditación, consiguiendo un estado de relajación para el cuerpo y la mente semejante a la meditación profunda con todos sus beneficios.
Además de mantener una actividad lúdico-creativa en la que no hay que estarse quieto intentado parar los pensamientos, algo tan difícil en nuestra cultura.

Aunque, para quien lo prefiera, el simple hecho de mirar un mandala produce estados de relajación e invita a la práctica tradicional de la meditación. Además es una terapia eficaz para quien busca salir de la rutina y el estrés buscando algo de paz interior y de forma muy económica.

¿En qué se basa la terapia con mandalas?

El uso de los mandalas como terapia se basa en el estado de quietud mental y relajación que obtiene la mente cuando está centrada en una actividad monótona pero agradable.

Ya que esto se consigue con la práctica, introducirnos en un estado de meditación profunda que nos conecta con el subconsciente y el lado derecho del cerebro (parte creativa y emocional) De modo que se liberan bloqueos internos leves que limitan el día a día  o nos deshacemos del estrés diario.

¿En qué nos puede ayudar esta terapia?

Los mandalas como terapia pueden ayudar:

  • Personas que buscan un espacio de tranquilidad que les permita estar activos por ser incapaces de pararse a meditar y necesiten algo intermedio.
  • Para individuos de carácter nervioso a los que les cuesta meditar de la forma tradicional.
  • Si se padece ansiedad, la terapia con mandalas ayuda a sosegar la mente.
  • Si busca una actividad creativa y lúdica que le pueda aportar algo más.
  •  En caso de pensamientos negativos recurrentes.
  • Para niños con problemas de concentración e hiperactividad, la terapia con mandalas les ayuda a centrarse en una actividad a la vez que los tranquiliza, acostumbrando a su cerebro a una actividad sosegada y lúdica.
  • Si se busca un momento de tranquilidad interior que ayude a recuperar la paz personal.

Significado de los colores de los mandalas y los 7 chakras

Los colores con los que pintamos nuestros mandalas incidirán sobre algunos aspectos o energías representadas por los 7 chakras.

Estos son algunos:

  • Rojo, Primer Chakra. Proporciona fuerza vital y equilibra la impulsividad, la ira y el odio y a nivel físico provee de fuerza a los órganos reproductores.
  • Naranja, Segundo Chakra. Potencia el optimismo, la actividad, el valor y la alta autoestima, etc. Equilibra el afán de prestigio, la frivolidad y la ambición en demasía. Físicamente dirige energía al intestino delgado, colon, procesos metabólicos y ganglios linfáticos inferiores.
  • Amarillo, Tercer Chakra. Color que en el mandala potencia la alegría, liberación, conocimiento, desarrollo, sabiduría. Equilibra los sentimientos de envidia, de banalidad. Favorece la superación de miedos y la gestión de los aspectos emocionales con sabiduría. En lo físico proyecta energía al hígado, vesícula, páncreas, aparato digestivo, y riñones.
  • Verde, Cuarto Chakra. Potencia la sanación, la esperanza, el bienestar, el equilibrio y la tenacidad. Equilibra la tentación a mentir y la inexpresión emocional, el apego a lo material. Físicamente carga energéticamente al sistema cardiovascular.
  • Azul, Quinto Chakra. Potencia el sosiego, la serenidad, la paz, la seguridad, ayuda a equilibrar el tedio, el estancamiento vital y los sentimientos de frustración e intolerancia. En lo físico dirige energía a pulmones, garganta, ganglios linfáticos superiores y piel.
  • Indigo, Sexto Chakra. Conexión con el ser interno y la conciencia cósmica. Facilita la intuición y la confianza en la sabiduría de la vida. Físicamente proyecta energía vital al sistema nervioso, cerebro y sistema osteomuscular.
  • Violeta, Séptimo Chakra. Este color en la terapia con mandalas potencia espiritualidad, misticismo,  crecimiento interior, expansión creativa, inspiración. Ayuda a relativizar las cosas y las verdades absolutas.

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