
Lo cierto es que estudiamos durante toda nuestra vida y no solo en la etapa escolar. Por eso, las vitaminas y otros micronutrientes van a jugar un papel fundamental en todas las tareas cerebrales.
Memoria y concentración
El estudio es un proceso que exige concentrarse y memorizar. A través de cualquiera de nuestros sentidos, asimilamos la información que vamos a situar en la memoria a corto plazo. Este tipo de memoria es la que usamos, por ejemplo, para marcar un número de teléfono.
Si es un conocimiento que queremos conservar, nuestra mente lo coloca en la memoria a largo plazo. Si, posteriormente, somos capaces de realizar el proceso inverso, hemos tenido éxito a la hora de fijar el recuerdo en nuestro cerebro que es, al fin y al cabo, el objetivo del estudio. Y no solo son necesarias para memorizar sino también para poder evocar más tarde el recuerdo.
Por tanto, esta tarea exige a nuestra mente que esté, por un lado, en plenas facultades y, por otro, que cuente con los nutrientes y las energías necesarias para conseguirlo. Las vitaminas para estudiar más indicadas serán aquellas que colaboren activamente y en sinergia con el sistema nervioso.
Las mejores vitaminas para estudiar
A diferencia de los animales, el ser humano no es capaz de sintetizar por si mismo las vitaminas, por lo que tiene que conseguirlas a través de los alimentos. Esto no es excesivamente problemático, porque si algo caracteriza a estos nutrientes es que solo son necesarios en pequeñas dosis para tener plenos efectos.
Aunque cada unas de estas vitaminas para estudiar va a tener propiedades singulares, no debemos olvidar que estos nutrientes esenciales actúan en sinergia. Esto es, se potencian sus beneficios si actúan en conjunto.
Vitaminas para estudiar: el papel preponderante del grupo B
El grupo de las vitaminas B (dentro de las categorías de las liposolubles) es el que va a jugar un papel más importante por su colaboración en la elaboración de componentes de la química cerebral. Aunque todas son esenciales, vamos a destacar:
- Vitamina B1, también denominada tiamina, interviene en la síntesis de los carbohidratos para producir energía.
- Vitamina B3, o niacina, ayuda a la buena conservación del tejido nervioso.
- La vitamina B6, participa en la creación de los neurotransmisores (como la serotonina) y en el metabolismo de las proteínas. Pero, sobre todo, destaca como una de las mejores vitaminas para estudiar porque participa en la producción de la mielina. Esta es la sustancia que recubre las conexiones entre las neuronas.
- Vitamina B9, o ácido fólico, se receta sobre todo a mujeres gestantes, ya que interviene en la creación del sistema nervioso del futuro bebé.
- La vitamina B12, o la cobalamina, es fundamental para el buen funcionamiento del sistema nervioso central ayudando a generar correctamente la síntesis del ADN. A diferencia de sus compañeras solo la podemos encontrar en alimentos de origen animal. Hay estudios que confirman sus efectos beneficiosos en enfermedades como el Alzheimer.
Vitaminas para estudiar: la importancia de las antioxidante E, C y K
Junto a la vitamina A, la E tiene sobre todo efectos antioxidantes. Por tanto, su presencia es necesaria para el buen estado del sistema nervioso y es una de las vitaminas para estudiar fundamental.
Lo mismo ocurre con la C (que ayuda a mantener en forma las conexiones neuronales) y la K, imprescindible para la juventud celular. Este grupo de vitaminas, por su capacidad para ralentizar el envejecimiento, son fundamentales para cualquier función cognitiva.
Aunque no te hayas dado cuenta y ya hayas sobrepasado tu «época de estudiante», en tu vida diaria sigues estudiando. Y, ¿no es eso lo que haces al aprenderte un cuento para tu hijo? Ahora ya sabes cómo mantener tu mente en forma tanto si estás en edad de aprender como si has olvidado esa etapa.
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