
La pasta
La pasta es un alimento rico en carbohidratos de absorción lenta, con 4 Kcal por gramo. Los diferentes tipos de pasta son un alimento ideal para mantener niveles de energía estable durante el día y evitar los picos de glucemia.
La pasta y todos sus tipos, se han convertido en un alimento muy popular y apreciado por todos, desde los más pequeños que la comen con kétchup como un gran manjar, hasta los más mayores que la comen con ingredientes tan sofisticados como cèpes y foie, por ejemplo.
Tipos de pasta
Para todos los tipos de pasta que existen, hay que especificar el origen del nombre. Se entiende por pasta como la tradicional pasta italiana, ya que en el mundo se encuentran otros tipos de fideos o tallarines hechos de diversos cereales.
Las primeras referencias escritas sobre la cocción de la pasta se encuentran en el Talmud. A pesar de que arqueólogos han encontrado evidencias de la costumbre de comer fideos en Asia central, desde hace milenios de años.
A día de hoy, los tipos de pasta se pueden hacer con diversos cereales. La variedad es muy amplia y se puede adaptar a las necesidades y gustos de cada uno; con o sin gluten.
No hay que olvidar que la pasta de trigo no es apta para celíacos por su contenido en gluten!
Para hacer pasta fresca, el mejor resultado se obtiene con harina tipo 00. El número 00 se refiere al proceso de molido, siendo ésta la harina molida más fina. Tiene un contenido en gluten del 12,5%.
Por otra parte, la pasta seca está elaborada con harina de trigo durum. El grano de la harina durum es más duro, tiene más gluten y más capacidad para absorber agua. Su contenido en gluten puede variar del 10% al 15%, dependiendo del tiempo en que fue plantado, la cosecha, la dureza, el color y la forma del grano.
Consideraciones para con los distintos tipos de pasta
Si usamos la pasta como plato principal, 100 g de pasta seca será la ración indicada. 100 g de pasta contienen 371 calorías.
Si usamos la pasta como entrante, 80 g de pasta seca será suficiente. 80 g de pasta contienen 297 calorías.
No mezclar diferentes tipos de pasta! Ya que tienen tiempos de cocciones diferentes.
Podemos preparar los diferentes tipos de pasta, acompañando sopas, con salsas, para hacer sabrosas lasañas y ensaladas.
Al observar los tipos de pasta, los podríamos catalogar en largos y cortos.
Según la tradición italiana, para la pasta larga irán mejor el marisco y los crustáceos. Al ser cocinados con salsas ricas en aceite, se enrollarán mejor en el tenedor.
Para la pasta corta, es más recomendable usar la carne.
Según la tradición italiana, las pastas con pescado o marisco no se deben acompañar nunca con queso.
La albahaca es ideal para sazonar la pasta, pero debido a su delicada naturaleza, se recomienda evitar el cortarla con un cuchillo. Podemos usar los dedos o unas tijeras para separar las hojas de las ramas.
Receta básica de pasta fresca
Para 4 personas:
- 200 g de harina, preferiblemente de tipo 00.
- 2 huevos.
- 1 yema de huevo.
- 1 pizca de sal.
Para hacer la masa a mano, hacer una especie de volcán con la harina. En el centro agregar los huevos batidos y la yema. Agregar también la pizca de sal. Amasar durante unos 10 minutos hasta obtener una masa homogénea, y rectificar de agua o harina si la masa queda demasiado blanda o demasiado dura. Dejar en reposo durante una hora, antes de su uso.
Usos para los distintos tipos de pasta
Pastas largas
- Tagliatelle: acompañar con salsas sabrosas.
Ejemplo: acompañar con salsa de gorgonzola, orejones, manzana y nueces con orégano fresco. - Tagliolini: acompañar con salsas delicadas.
Ejemplo: con almejas y salsa verde. - Tagliatellini: acompañar con salsas delicadas.
Ejemplo: gambas al ajillo, romesco y calçots asados. - Fettucine: acompañar con carnes, salchichas, setas y salsas hechas a base de tomate.
Ejemplo: con una salsa putanesca.
Pastas cortas
- Capelli d’angelo: ideal para primeros platos.
Ejemplo: fideuada de cabra de mar con allioli - Orecchiette: acompañar con salsas de verduras.
Ejemplo: con garbanzos, cebolla y calabacín asado, pesto y tomates deshidratados. - Spaghetti: acompañar con salsas de tomate, vegetales, pescado y almejas o marisco.
Ejemplo: con salmón ahumado, hinojo asado, eneldo y alcaparras fritas. - Bucatini: acompañar con pasta all’a amatriciana.
- Linguine: acompañar con salsas de hierbas aromáticas o pescado.
Ejemplo: con calabaza asada, ricotta, salvia y aceitunas arbequinas. - Bavette: acompañar con salsas de hierbas aromáticas o pescado.
Ejemplo: con berenjenas asadas, anchoas y picada de ajo, perejil y avellanas. - Trenette: acompañar con salsas de hierbas aromáticas o pescado.
Ejemplo: con sardinas a la plancha con ajo y perejil, col y uvas pasas y almendras. - Macaroni o penne: acompañar con salsas sabrosas.
Ejemplo: salsa de tomate, atún confitado en aceite de oliva, alcaparras, aceitunas y albahaca fresca. - Rigatoni: acompañar con salsas sabrosas.
Ejemplo: conejo guisado con llanegues y picada. - Tortiglioni: acompañar con salsas sabrosas.
Ejemplo: con salsa de tomate, y carne de butifarra (butifarra sin piel). - Farfalle: acompañar con guisantes, salsas de tomates ligeras y cremosas.
Ejemplo: Ensalada de farfalle con guisantes, boniato, calabaza, tomate cherry, feta, olivas de Kalamata, pipas de calabaza y orégano fresco. - Fusili: acompañar con salsas mediterráneas a base de vegetales.
Ejemplo: escalivada, y queso de cabra con miel.
Aparte de la tradición, que es un gran pilar de sabiduría y conocimiento, también podemos aplicar la intuición y el ingenio para elaborar nuestras propias recetas con los diferentes tipos de pasta.
Bibliografía recomendada: La cuchara de plata. Editorial Phaidon
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