
Tarot y numerología
De tal modo, podemos establecer los significados de los números y su correspondencia con el tarot.
En nuestra sección de Numerología habrás visto que cada número natural (hasta el 9) tiene un significado, transmite una vibración asociada a cualidades. El Tarot, como depositario de la sabiduría occidental por excelencia, contiene información numerológica. Veamos en qué consisten los números de acuerdo a esta numerología occidental y cómo se inserta en el Tarot.
Cero: símbolo del absoluto, de la No-cosa, de la luz ilimitada, raíz de todas las cosas. Es la energía pura, por encima y más allá del pensamiento, la Superconsciencia.
El Loco: el espíritu puro, el ser entregado a la experiencia de conocer sin barreras, sin límites.
El ser puro, como el niño, sin influencias externas que lo afecten.
Uno: unidad, comienzo, iniciativa, originalidad. La consciencia del YO SOY, el ser capaz de realizar su creación a través de iniciativas propias.
Es liderazgo, independencia de criterio, voluntad.
El Mago: mercurial (mental), dinámico, que maneja con habilidad los elementos y dice «Hágase mi voluntad» porque se sabe creador (YO SOY)
Dos: par, dúo, duplicación, receptividad, equilibrio de opuestos.
La Sacerdotisa: la intuitiva, meditadora, conocedora de la esencia humana, la que observa la dualidad, la entiende y equilibra.
Tres: incremento, desarrollo, crecimiento, despliegue y por lo tanto, expresión. Representa el desarrollo real hacia fuera de los principios del Uno por el Dos.
La Emperatriz: la madre fértil, como la tierra, como la naturaleza toda. Que da vida a las ideas concebidas por la Sacerdotisa. La energía femenina activa y productiva.
Cuatro: orden, medida, clasificación, registro, tabulación y demás. Símbolo del orden abstracto universal.
El Emperador: el padre, la autoridad que organiza, quien pone orden y da forma. Quien protege y vigila, dirige y evalúa. El estratega y el conductor.
Cinco: mediación, adaptación, medio, actividad e ideas similares. Ley dinámica que procede del Orden Abstracto.
El Sumo Sacerdote: el puente entre Dios y los hombres, el comunicador, el guía espiritual, la institución y la educación. Mediador que administra sacramentos y comunica la tradición dentro de los límites de la libertad que le confiere su jerarquía.
Seis: equilibrio, simetría, contrapeso, belleza, armonía de los opuestos, reciprocidad, actividades complementarias, polaridad, amor.
Los Enamorados: los opuestos que se complementan a través de le entrega de cuerpo y alma. Pero también el libre albedrío, la escogencia de un camino, encrucijada.
Siete: protección, resguardo, seguridad, victoria. Dominio de la mente, autonomía.
El Carro: guerrero que avanza victorioso en medio de los obstáculos. Vence con sabiduría y conciencia de ser el protector de la ciudad, de las ideas, de su propio camino de ascenso espiritual, superando la dualidad.
Ocho: vibración, flujo y reflujo de las ideas. Causa y efecto. Control y dominio.
La Fuerza (en el Tarot de Paul Foster Case, que es el que analizamos): dominio interior, vencer las propias limitaciones, las pasiones y dependencias, nuestra propia sombra, representada en una fuerza animal, irracional y salvaje.
Nueve: consumación, cumplimiento, la meta, el final de un ciclo de actividad. Servicio.
El Ermitaño: maestro, guía silencioso que conduce a otros con su lámpara. Humilde y consciente de su función de servicio y entrega. La experiencia producto de los años. El guía ejemplar.
Diez: perfección y dominio. Cierre de ciclo. Retorno a la unidad. Numerológicamente los números compuestos por dos dígitos se suma para llegar a uno solo (suma teosófica), en este caso: 10=1+0=1.
La Rueda de la fortuna: el gran ciclo de la vida con sus altibajos, la evolución que se logra a través del movimiento permanente.
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