
Somatizar enfermedades
Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, somatizar es: transformar problemas psíquicos en síntomas orgánicos de manera involuntaria. O dicho en otras palabras, somatizar enfermedades es convertir inconscientemente un trastorno mental en una dolencia física o enfermedad.
La somatización es una prueba de la conexión entre la mente y el cuerpo, somos una unidad y lo que afecta a la mente acaba afectando al cuerpo. Actualmente ya no se duda de la concepción del ser humano como una unidad indisociable cuerpo-psique. Cualquier sintomatología física que aparece o se incrementa en respuesta a factores psicológicos puede ser una somatización.
Siempre se ha tenido tendencia a realizar una división entre las enfermedades físicas y las psicológicas, sin embargo cada vez más se sabe que muchas enfermedades físicas tienen un origen psíquico, con lo cual la línea divisoria entre ambas no está tan clara.
Actualmente se acepta que lo que pensamos y lo que sentimos tiene una repercusión en nuestra salud y una emoción desagradable reduce nuestra energía vital y al contrario una emoción alegre o positiva mejora nuestra salud. De la misma forma un emoción agradable regulariza el ritmo cardíaco y una desagradable lo vuelve caótico, agotando nuestra energía vital. En definitiva, es nuestra reserva de energía lo que hace que nuestro cuerpo funcione a la perfección y en completa homeostasis.
Dicho de otra forma, un trastorno psicológico-emocional disminuye nuestra frecuencia de vibración, lo que provoca un desperdicio o derroche de energía, produciéndonos una bajada de nuestro sistema anímico, lo cual repercute negativamente en nuestro sistema inmunológico, el encargado de mantenernos sanos, y cuando nuestras inmuno-defensas pierden eficacia y operatividad empiezan a aparecer las enfermedades, y el microbio, virus, bacteria, germen acaba ganando terreno.
Diferentes tipos de somatizaciones
El tipo de enfermedades que pueden aparecer dependerá de nuestro terreno (cuerpo) o diátesis particular, es decir de nuestra predisposición orgánica a padecer tal o cual enfermedad, predisposición que puede ser heredada (genética) o adquirida por factores ambientales o por nuestra forma concreta de ver la vida, nuestra actitud y según el tipo de pensamientos predominantes que mantengamos en nuestra mente.
No hay que olvidar que no existen enfermedades sino enfermos, ya que la misma enfermedad no se comporta de la misma manera en diferentes personas, debido a que no hay dos personas iguales, todos somos únicos.
¿Qué son los síntomas?
Tanto las enfermedades como los síntomas suelen ser llamadas de atención que nos indican que algo en nuestras vidas esta necesitando cuidados, o es necesario un cambio.
Cuando la unión mente-cuerpo ve alterada su armonía, debido a emociones desagradables, estados de ánimo sombrío, estados depresivos, preocupaciones, sentimientos negativos, baja autoestima, disgustos o situaciones de alto impacto emocional generadoras de estrés, etc. inevitablemente acabarán afectando a nuestra salud.
En la aparición de las enfermedades, los aspectos emocionales son un factor más, y son tan importantes como las bacterias, virus, toxinas, corrientes de aire frío, traumas, etc. Quizás no sean las causantes al 100 % pero serán la gota que colme el vaso, o quien sabe, quizás tengan más importancia de la que creemos.
La enfermedad es multi-factorial
Para que la enfermedad se manifieste se necesitan diversos factores: físicos, psicológicos, emocionales, espirituales. El factor psicológico o emocional a veces es el factor desencadenante, cuando éste aparece todos los otros factores ya estaban ahí, y a partir de entonces la enfermedad o el síntoma se manifiesta. Lo invisible se hace visible. Otras veces el factor desencadenante es el físico, por ejemplo corriente de aire fría.
¿Por qué aparecen los síntomas?
Los síntomas están para que les prestemos atención, son sistemas de alarma que se activan y nos avisan, por tanto no es muy inteligente que los enmascaremos con medicinas paliativas y los hagamos callar temporalmente. La medicina paliativa alivia los síntomas, pero no va a la raíz del problema y por tanto no cura, no sana. Enmascarar o hacer callar al síntoma es comportarnos como si fuéramos cortos de vista. Hay que tener un poco de visión de futuro, en primer lugar escuchar a nuestro cuerpo, si se queja es conveniente intentar averiguar cual y dónde está el problema. Para poder solucionarlo debemos conocer la causa verdadera.
Cuanto antes le prestemos atención al síntoma y antes cambiemos sea lo que sea que hagamos mal, antes solventaremos el problema y a la vez será más fácil su solución. Si ante cualquier síntoma, nos limitamos a tomar un medicamento que me alivie pero no me cure, quizás el síntoma ahora sea leve, pero en unos cuantos años más, el próximo aviso sea más grave y consecuentemente su curación, mucho más difícil.
Somatizar enfermedades: factores que pueden activarla
La sombra : la sombra es el aspecto inconsciente de la personalidad, nuestros impulsos más primitivos. Según Carl Gustav Jung, es esa parte de cada ser humano que nos hace enfermar, es el mayor enemigo del hombre, la tiene y no lo sabe. Todos los aspectos de la realidad que el hombre rechaza pasan a engrosar su sombra.
La sombra es la suma de todo lo que no quiere, no acepta, no asume, no reconoce como propio. Y sólo quien se encara con su propia sombra puede comprender su enfermedad para poder así curarse. Por el síntoma se manifiesta aquello que le falta al ser humano, la sombra (invisible e inconsciente) se materializa en el síntoma (visible). El síntoma hace aflorar aspectos de la persona negados, rechazados, escondidos, haciendo a la fuerza, sincero al ser humano.
Reprimir emociones: una manera de no somatizar es no quedarse con emociones escondidas, cuando el dolor de ser no encuentra palabras para expresarse habla a través del cuerpo. Hay que intentar decir todas las cosas que tenemos necesidad de decir y rodearnos de personas que sean capaces de escucharnos. Las emociones reprimidas tienden a enquistarse y a la larga pueden dar problemas.
In-coherencia de corazón: coherencia de corazón y nuestra salud nos lo agradecerá. Nuestra forma de pensar, nuestras palabras y acciones tienen que estar en consonancia, no puedo pensar una cosa, decir otra diferente y actuar de manera distinta a como pienso y siento.
Este comportamiento produce estrés y emoción negativa que no solo acelera el ritmo cardíaco, si no que también lo desorganiza, provocando arritmias, y éste sigue un patrón caótico de aceleraciones y desaceleraciones; de la misma manera baja también la frecuencia de nuestra vibración y por tanto disminuyendo nuestra energía vital, y cuando nuestro cuerpo no tiene suficiente energía las labores de mantenimiento no pueden ser realizadas adecuadamente, se incrementa la toxemia y por tanto nos alejamos de la salud y consecuentemente nos acercamos a la enfermedad.
La coherencia entre nuestro corazón y nuestra mente estabiliza el sistema nervioso mejorando nuestra psique y nuestro cuerpo. Este equilibrio da paz mental, elimina ansiedad y depresión, regulariza la tensión arterial y es un estímulo tremendamente positivo para nuestro sistema inmunológico, el cual se fortalece regalándonos salud.
Resentimientos, resistencias, emociones negativas: resentimientos y emociones negativas largo tiempo mantenidas se acaban volviendo contra la persona que los experimenta, por tanto, se hace necesario eliminar la resistencia si realmente queremos estar sanos. Tener resistencias es estar en contra de algo, es sentir emociones negativas, es quejarse, es centrarse, enfocarse y concentrarse en las cosas que no quiero, en las cosas que no me gustan, en las cosas que desapruebo. Es tener dudas, recelos, desconfianza. Es estar instaurado en el mal rollo.
Lo que resistes, persiste. (Carl Gustav Jung 1875-1961)
Apegos: el apego es un gran causante de sufrimiento psicológico. Si estás apegado a algo o a alguien, pierdes tu libertad y tu poder. El apego es como una adicción, es darle tanto valor a algo o a alguien que si no lo tenemos no podemos vivir felices y en paz. Si consideras a algo o a alguien indispensable en tu vida para tu felicidad, tienes un apego, has dejado de ser tu propio amo y señor y pasas a ser esclavo de tu apego.
Siempre hay que estar preparados para la pérdida, en esta dimensión física donde vivimos, nada dura para siempre, todo tiene fecha de caducidad y no hay que perder de vista que las cosas no son para siempre. El desapego nos prepara para la pérdida, y nos enseña aceptación de la realidad, sea la que sea.
Como podemos ver para estar sanos físicamente, debemos estar sanos interiormente tanto a nivel psicológico-emocional como espiritualmente, ya que todo lo que habita nuestra conciencia (tipo energía) acaba afectando a la materia (cuerpo).
Me gustaría acabar con un canto a la esperanza, de la misma manera que tenemos la capacidad de somatizar enfermedades, tenemos la fuerza para curar nuestras propias enfermedades como lo atestiguan cantidad de personas que han curado de graves dolencias. La mente es un instrumento poderosísimo, si sabemos como utilizarla y programarla.