
Ventajas de añadir salsa a la pasta
Las salsas son aderezos magníficos con las que podemos jugar en nuestro laboratorio particular: la cocina.
Es muy importante re-educarnos para aprender a sentir los efectos que producen los alimentos en nuestros sentidos y, tras ingerirlos, en nuestro organismo.
El sabor, el olor, la textura, el color o el efecto energético de una simple pasta pueden cambiar según la salsa que hayamos elegido para aderezarla.
Con ellas podemos “transmutarla”, adaptándola a las diferentes estaciones del año.
Comprendiendo y sintiendo esto, notaremos que en verano el cuerpo nos pedirá algo más refrescante; pero, por el contrario, en invierno desearemos calorcito en nuestro organismo.
Ley de los 5 elementos según la Medicina Tradicional China
Vamos a relacionar cada estación y elemento con su órgano y víscera correspondientes, y con su color y su sabor representativos:
- Primavera (elemento madera): hígado/vesícula biliar, sabor ácido-agrio, color verde.
- Verano (elemento fuego): corazón/intestino delgado, sabor amargo, color rojo.
- Verano tardío (elemento tierra): estómago/bazo-páncreas, sabor dulce, color amarillo-naranja.
- Otoño (elemento metal): pulmón/intestino grueso, sabor picante, color blanco.
- Invierno (elemento agua): riñón/vejiga, sabor salado, color negro-azul.
Esto nos ayudará a entender que salsas emplearíamos para aderezar nuestras pastas en cada estación.
Ejemplos de salsa para pasta rellena
Partimos de ingredientes ecológicos y cultivados de forma natural.
Una buena salsa para pasta rellena en primavera podría ser un pesto o salsa verde, necesitamos:
- 1 taza de hojas de perejil fresco, muy picaditas.
- ½ taza de hojas de albahaca frescas, muy picaditas.
- 3 c.s. de almendras, desprovistas de su parte más externa, y recién molidas (puedes ayudarte del molinillo limpio del café)
- Aceite de oliva de 1ª presión en frío, al gusto.
- 1 c.s. de pasta de umeboshi.
- Agua mineral de buena calidad, al gusto.
- Ajo fresco (opcional)
Esta salsa se sirve “en frío”, sobre la pasta que hayas elegido, y al momento.
En verano podríamos optar por una salsa para pasta rellena a base de remolacha:
- 1/2 taza de cebolla, a medias lunas.
- 1 taza y media de zanahorias, a rodajas.
- 1 taza de remolacha cocida, a cuadraditos.
- Una pizca de sal marina sin refinar.
- 1 c.s. de aceite de oliva de 1ª presión en frío.
- 1 c.s. de sirope de arroz.
- Agua mineral de buena calidad.
En una olla de fondo grueso, pochamos la cebolla en el aceite, con una pizca de sal. Cuando esté “cristalina” y melosa, añadimos las zanahorias, un fondo de agua y otra pizquita de sal.
Tapamos y dejamos cocer a fuego lento hasta que estén tiernas. Trituramos con un pasapurés, junto a la remolacha.
Por último, rectificamos con agua hasta conseguir la consistencia adecuada.
¿Y qué te parece si en el verano tardío hacemos una salsa para pasta rellena, a base de naranja?:
- 1/2 taza de cebolla, a medias lunas.
- 1 taza de zanahorias, a rodajas.
- 1 taza y media de calabaza, a taquitos.
- Una pizca de sal marina, sin refinar.
- 1 c.s. de aceite de oliva de 1ª presión en frío.
- 1 c.s. de lentejas rojas.
- 1 hojita de laurel.
- 10 cm de alga kombu, previamente remojada.
- Agua mineral de buena calidad.
Seguimos los mismos pasos que para la receta anterior, añadiendo la calabaza, las lentejas rojas, la kombu y el laurel junto con la zanahoria.
Cuando estén tiernas, retiramos la hoja de laurel y la kombu (vale para otra cocción) y trituramos. Una vez más, rectificamos con agua hasta obtener la consistencia deseada.
Para el otoño, una salsa blanca y cremosa de cebolla:
- 2 Kg de cebollas, a medias lunas.
- 1 ramita de canela o 1 tira de alga kombu (rehidratada)
- Una pizca de sal marina, sin refinar.
- 1 c.s. de aceite de oliva de 1ª presión en frío.
- Agua mineral de buena calidad.
Esta receta de salsa para pasta rellena (o no) es muy sencilla: pochamos 4 cebollas cortadas a medias lunas, con una pizca de sal marina, después añadimos una ramita de canela o una tira de kombu y un mini fondo de agua mineral. Tapamos y dejamos cocer a fuego lento durante 2 ó 3 horas. ¡Es una exquisitez!
Y para el invierno… ¿qué tal una salsa de algas?:
- ½ taza de cebolla, a cuadraditos.
- 8 aceitunas negras.
- 2 pepinillos pequeños.
- 2 c.s. de alga wakame (rehidratadas)
- 2 c.s. de alga lechuga de mar (rehidratada)
- 5 cintas de alga espagueti de mar (rehidratada)
- Agua mineral de buena calidad.
Pochamos la cebolla cortada a cuadraditos en un poquito de aceite y con una pizca de sal. Añadimos las olivas, los pepinillos y las algas bien picaditas. Tapamos y dejamos cocinar a fuego lento durante 15 minutos. Rectificamos con aceite de oliva al gusto. ¡Listo!
A cualquier salsa para pasta rellena, o no, podríamos haberle introducido alguna proteína vegetal: tempeh, seitán de espelta, garbanzos, azukis o lentejas, por ejemplo.
Son diferentes según el tipo de pasta
Existen numerosos tipos de pastas alternativas al trigo, a la soja o al maíz. Entre ellas están las de espelta, kamut (ambas son una buena alternativa al trigo), centeno, trigo sarraceno (soba), quinoa, arroz…
Cada una de ellas acepta una salsa determinada. Te recomiendo que experimentes y anotes tus nuevas recetas para poder repetirlas siempre que quieras.
Nuestro consejo
- Recuerda que debes disfrutar de todos los sabores y colores a lo largo de todo el año, pero que puedes potenciar los mencionados para cada estación.
- Guarda las salsas sobrantes en botes de cristal y en el frigo. Te aguantarán un par de días sin problema.
Deseamos que estas recetas de salsa para pasta rellena, o no, te sean de utilidad. Darán un toque diferentes a tus platos.