Hoy en día existen cada vez más personas que presentan alguna alergia o intolerancia alimentaria. Las causas de este aumento en el número de casos no están claras, pero todo apunta a que el cambio en el estilo de vida de las personas, más sedentarismo, uso abusivo de antibióticos, baja calidad nutricional y el poco contacto con la naturaleza están siendo determinantes.
Consideramos que es importante saber diferenciar entre una alergia y una intolerancia. Una alergia es alimentaria es una reacción inmunológica que tiene lugar en el organismo, a los pocos minutos de ingerir un determinado alimento.
Esta reacción la causan determinadas proteínas alimentarias que pueden estar presentes en los huevos, frutos secos, semillas, gluten… y que el cuerpo considera sustancias extrañas que debe eliminar generando una reacción alérgica.
Por otro lado, las intolerancias tardan mucho más en manifestarse, y afectan principalmente al sistema gastrointestinal. Ésta se debe principalmente a una carencia o déficit de enzimas digestivas, no pudiendo asimilar ciertos azucares (lactosa, fructosa, sacarosa…).
En el caso de la leche, o intolerancia a lactosa, consiste en la imposibilidad de digerir la lactosa (azúcar presente en productos de origen lácteo) debido a una deficiencia de la enzima lactasa. Como consecuencia, la mucosa intestinal se ve afectada y se generan problemas gastrointestinales como dolor y distensión abdominal, diarrea, flatulencias, pérdida de peso e incluso malnutrición.
El único tratamiento eficaz en estos casos es evitar el consumo de leche de vaca y derivados lácteos, y sustituirlo por bebidas vegetales (avena, soja, coco, almendras, arroz…) o leche de vaca y derivados etiquetados “sin lactosa”.
A continuación, os mostramos una serie de recomendaciones de consumo que creemos interesantes tener en cuenta:
- Evitar la ingesta de leche de vaca, cabra y oveja y sus derivados lácteos.
- Consumir alimentos ricos en calcio para asegurar el aporte de éste en la dieta: frutos secos (sobre todo las almendras), legumbres, pescado azul y vegetales de hoja verde (brócoli, espinacas…).
- Leer bien las etiquetas, debido a que algunos productos procesados pueden contener leche o derivados lácteos: pan de molde, sopas, purés, bollerías…
En algunos casos, la intolerancia a la lactosa va acompañada de otras alergias y/o intolerancias, como es el caso de la celiaquía o alergia al gluten. En estos casos, debe evitarse también cualquier producto y/o alimento que pueda contener dicha proteína para el correcto funcionamiento del metabolismo.
Si bien es cierto que sobre todo en la repostería, uno de los principales ingredientes es la leche, hoy en día se puede adaptar cualquier plato según nuestras necesidades para conseguir “recetas sin leche”.
Recetas sin leche
Preparar pasteles, flanes, tartas, salsa bechamel sin leche, etc., es posible.
En nuestro apartado de “recetas sin leche” encontraras las indicaciones para poder hacerlo. Siguiendo las instrucciones te resultará fácil y podrás disfrutar de ricos postres sin necesidad de recurrir a leche de origen animal.