
¿Qué son y de dónde salen los metales pesados?
Los metales pesados se llaman así por ser elementos químicos con un alto peso respecto a otros metales. Son sustancias tóxicas para el ambiente y para el ser humano, aún en bajas concentraciones.
Los metales pesados se encuentran en el medio ambiente y, como no pueden ser degradados ni eliminados, se acumulan, van contaminando los suelos, las plantas y los animales que se alimentan de ellas. De esta manera, estos tóxicos, entran en la cadena alimentaria y se van acumulando en todos los seres vivos que forman parte de ella.
Los metales pesados se bioacumulan en nuestro cuerpo, sobre todo en la grasa, y pueden acarrear varios problemas de salud. Es importante recordar que nuestro cerebro es básicamente grasa, así que, prestemos especial atención en evitarlos.
Hay varios estudios que relacionan los metales pesados con la neuroinflamación, enfermedades degenerativas como el Alzheimer y algunos tipos de cáncer.
Tipos de metales pesados más comunes
Los metales pesados que encontramos más habitualmente en nuestro día a día y que son más problemáticos son el mercurio, el aluminio, el arsénico, el plomo y el cadmio.
Mercurio
El mercurio es un metal pesado de los que más problemas causa y del que más evidencia científica tenemos pero, inexplicablemente, todavía se sigue utilizando.
Tipos de mercurio y donde lo encontramos:
- Lo encontramos en alimentos, sobre todo en pescados de gran tamaño como el atún, el pez espada, el esturión, el tiburón, el bonito, el fletán y el lucio, entre otros.
- Lo encontramos en vacunas.
- Mercurio orgánico. Aunque también lo encontramos en algunos alimentos es más habitual que se derive de vivir cerca de alguna empresa de minería o que calienta metales como el oro. También se encuentra en las amalgamas, los termómetros antiguos y las bombillas de bajo consumo si se nos rompen.
El exceso de este metal pesado, el mercurio, se ha relacionado con enfermedades neuronales como el autismo en niños pequeños.
El mercurio se relaciona también con enfermedades endocrinas y del sistema inmune. Es muy habitual encontrar un exceso de metales pesados en pacientes que padecen algún tipo de autoinmunidad ya que, aunque no son el origen único del problema, son uno de los factores influyentes.
Además, el mercurio es citotóxico y hace bajar las concentraciones de zinc en el organismo. Recordemos que el zinc es un mineral muy necesario para nuestro sistema inmunológico y que ejerce un efecto altamente antioxidante.
Hay que tener especial cuidado con el mercurio en embarazadas y lactantes, ya que, este metal pesado atraviesa la placenta y también puede llegar al organismo del bebé a través de la leche materna.
Aluminio
Otro de los metales pesados que debemos intentar evitar es el aluminio.
Lo encontramos en:
- Latas de conserva. Sobre todo si contienen alimentos aceitosos o ácidos (atún, tomate, etc.) ya que la resina protectora de la lata es menos efectiva en este tipo de alimentos.
- Cosmética en general y especialmente en los desodorantes, en los que se ha relacionado con el cáncer de mama.
- Papel de aluminio en contacto con alimentos y sobre todo si está caliente.
Como sucede con otros metales pesados, el aluminio, está directamente relacionado con la aparición de enfermedades, en esta ocasión con el Alzheimer.
Arsénico
El arsénico es un metal pesado que se usa como plaguicida y que se encuentra en las cocinas de todo el mundo, escondido en el arroz. El arroz acumula arsénico en cantidades tales que ha llegado a ser un problema mundial e, incluso, se han elaborado listados de arroces por su tipo y proveniencia según la cantidad de arsénico que contienen.
Algunas de las enfermedades con las que se relaciona a este metal pesado son ciertos tipos de cáncer, problemas hepáticos, pérdida de cabello y problemas en las uñas.
Plomo
El plomo es un metal pesado utilizado en muchas industrias como la de la construcción, la minera o la manufacturera. Este metal pesado se usa en combustibles fósiles y se puede combinar con otros metales para producir aleaciones. Aparte, también encontramos presencia de plomo en una serie de alimentos y otros elementos que citamos aquí debajo.
- Elementos que contengan pinturas viejas.
- Cosméticos como lápices de ojos o de labios.
- Tuberías viejas.
- Agua del grifo.
- Cereales.
- Verduras.
- Crustáceos.
- Moluscos bivalvos.
- Cefalópodos.
Aunque es un metal pesado altamente tóxico, su desintoxicación es fácil pero debe realizarse por vía intravenosa y por personal sanitario especializado.
Cadmio
El cadmio es un metal pesado utilizado en la industria, lo encontramos en abonos y también en la combustión de combustibles fósiles. Al ser liberado en forma de partículas en el aire, lo encontramos en el ambiente, los suelos y en el agua, ya que este metal pesado es soluble en este medio.
Podemos encontrar concentraciones de cadmio en:
- Carne.
- Pescado.
- Crustáceos.
- Moluscos bivalvos.
- Cefalópodos.
- Cereales.
- Soja.
- Hortalizas.
- Frutas.
Los efectos de la acumulación de este metal pesado en el organismo son varios pero entre ellos encontramos problemas renales, desmineralización ósea, problemas de fertilidad, afectaciones al sistema inmune y efectos carcinógenos.
Eliminemos los metales pesados del cuerpo
Existen algunos alimentos que nos pueden ayudar a deshacernos de los metales pesados acumulados en nuestro organismo. Estos alimentos se unen a los metales y nos ayudan a eliminarlos en el proceso digestivo.
- Cilantro.
- Ajo.
- Arándanos.
- Agua con limón.
- Espirulina.
- Chlorella.
- Zumo de hierba de cebada.
- Curry.
- Té verde.
- Tomate.
- Probióticos.
La falta de vitaminas también puede estar poniéndote en una situación comprometida respecto a los metales pesados. Se ha visto que la carencia de algunas vitaminas, como la B6 y la C, nos lleva a tener una peor tolerancia a los metales pesados y, por lo tanto, nos hace más susceptibles a sufrir una intoxicación.
Otra forma de ayudar a nuestro organismo a barrer los metales pesados es tomando arcillas que contengan bentonita o zeolita. Estas arcillas se unen por adsorción a los metales pesados y nos ayudan a eliminarlos.
Es cierto que los metales pesados están muy presentes en algunos alimentos y, en general, en el mundo que nos rodea pero ahora tenemos algunas herramientas para deshacernos de ellos.
Acuérdate de incluir algunos de los alimentos limpiadores de metales pesados en tu dieta, revisa tus niveles de vitaminas y, de vez en cuando, haz una tanda de limpieza con arcillas.
¿Te apuntas?