
Origen e historia
La meditación Vipasssana es una de las técnicas más antiguas de meditación de la India re-descubierta por Buda hace más de 2.500 años. Transmitida mayoritariamente a través de maestro-alumno.
¿Qué es la meditación Vipassana ?
Es una técnica de depuración mental que favorece el poder ver como son las cosas en realidad, sin el filtro de nuestra mente. Es un proceso de auto-observación que pone de relieve la naturaleza cambiante de nuestra mente y la insatisfacción perpetua del ego.
La meditación Vipassana nos pone en contacto con nuestro interior y nos permite acceder al conocimiento de quienes verdaderamente somos, en el nivel más profundo de nuestro ser, a través de la experiencia directa y propia.
Porque no somos nuestro cuerpo físico, no somos nuestra mente, no somos nuestras emociones y sentimientos, no somos ni siquiera nuestra personalidad. Nuestro verdadero ser está por encima de todo ello.
Meditar nos pone en contacto directo con un lugar lleno de paz, que potencia y desarrolla nuestra intuición y nos acerca a la luz.
La paz es el estado natural del alma, la meditación nos lleva a ese estado de paz y nos pone en contacto directo con nuestra alma.
La meditación Vipassana nos lleva hacia ese lugar donde no existe ni el tiempo ni el espacio. Has estado meditando una hora y tu sensación es que no han pasado más de 10 minutos.
«El paraíso es un estado de conciencia;
fuera del paraíso está el tiempo y el espacio.»
Torah – Génesis 18:3
¿En que se basa?
La meditación Vipassana consiste en una observación tranquila y desapegada del propio proceso mental a fin de purificarse a través de la auto-observación, lo que favorece la liberación del sufrimiento mental y el despertar de la conciencia. Buda significa alguien que está despierto. Se entiende que su conciencia ha despertado.
La meditación Vipassana se inicia cuando los pensamientos y emociones se han serenado y la mente se calma. Para ello lo único que tienes que hacer es sentarte con tu espalda erguida en un lugar tranquilo y no hacer nada, simplemente ser.
Los pensamientos vendrán pero no te identificas con ellos, simplemente observas y permites que se marchen.
Hay muchas formas de ayudarse a calmar la mente, te puedes concentrar en un sonido, una música, el silencio; escuchar el silencio dentro de ti, o escuchar el silencio ambiental.
Te puedes concentrar en mirar con los ojos cerrados; al principio sólo se ve oscuridad pero si persistes habrá momentos en que vislumbrarás puntos luminosos que aparecen y desaparecen.
Te puedes concentrar en contar ovejitas o en observar tu respiración.
Te puedes concentrar en partes de tu cuerpo, llevas tu atención a tu nuca, a tus brazos, a tus pies; sientes la vida que hay en tus manos, sientes su vibración energética; también puedes concentrarte en relajar la musculatura de todo tu cuerpo, a la vez o por partes.
Puedes estar meditando y pueden venir pensamientos. Conforme se aquieta la mente las pausas entre pensamientos se alargan. También habrá momentos en que los pensamientos cesarán momentáneamente.
Durante la meditación Vipassana habrá momentos de trance en los cuales sencillamente dejas de pensar y al acabar no recuerdas absolutamente nada. ¿Dónde estaba tu conciencia en esos momentos? Sabes que no te has dormido, pero no recuerdas nada, ¿quizás experimentaste el vacío, la nada? La sensación que queda es de paz profunda.
Recordemos que hay tres estados de conciencia: el consciente, el subconsciente y el superconsciente o hiperconsciente. Este último no todo el mundo lo conoce, ni lo ha experimentado. Y el modo más directo de sintonizarnos con el superconsciente es con la práctica de la meditación.
Habrá días en que meditar será sencillo, otros será más difícil, por ejemplo cuando seamos presa de emociones perturbadoras o preocupaciones.
Meditar no pone nervioso, te hace consciente de tu propio nerviosismo o del parloteo incesante de tu mente. No todo el mundo es consciente de su estado de alteración mental.
La meditación Vipassana es eminentemente práctica y como tal los beneficios llegarán si se practica. Mucho conocimiento y poca o ninguna práctica de nada sirven a la hora de obtener resultados.
¿En que nos puede ayudar la meditación Vipassana?
Hasta ahora hemos hablado de la finalidad de la meditación Vipassana, pero ésta reporta además una serie de beneficios adicionales: como disminución y regularización de la presión sanguínea, una potenciación del sistema inmunológico, lo cual implica menor tendencia a padecer enfermedades, la disminución de ciertas hormonas asociadas al estrés, lo que favorece un rejuvenecimiento físico, además como sus primeros beneficios son tranquilidad y paz mental, la meditación es ideal para estados de estrés y ansiedad.
Hay muchos libros escritos por personas que han curado de graves enfermedades meditando. Sólo es cuestión de investigar, quien busca, encuentra.
Se recomienda empezar la meditación Vipassana mediante la guía de un maestro espiritual, aunque no es la única opción, yo empecé de forma libre por mi misma, eso sí después de haber leído sobre el tema.
Doy fe que una hora de meditación equivale a varias horas de sueño, creo recordar que la equivalencia es de 1 a 5. Sólo es cuestión de probarlo, una noche que sólo puedas dormir unas pocas horas, utiliza una hora para meditar, a la mañana siguiente te levantarás como si hubieras dormido 8 horas.
Paramahamsa Yogananda, la persona que introdujo el yoga y su pilar fundamental, la meditación en Occidente, y escritor de un libro maravilloso, un clásico de literatura espiritual titulado «Auto-biografía de un yogui», se podía pasar toda la noche meditando y casi no necesitaba dormir.
La meditación nos ayuda a no identificarnos con nuestra mente. Abre nuestros ojos a nuestra esencia verdadera, esa conciencia observadora que está más allá de nuestros pensamientos, y es un refugio cálido y seguro donde acudir a descansar tranquilamente.
La paz sólo la podemos encontrar en nuestro interior. Lo que consideramos paz es sólo una tregua en el camino de la vida.
Se dice que orar es hablar con Dios y meditar es escuchar su respuesta, que puede llegar a través de destellos de inspiración.
Se le preguntó a Buda, ¿qué has ganado con la meditación? respondió. «Nada. Sin embargo te digo que he perdido la ira, la ansiedad, la depresión, la inseguridad y el miedo a la vejez y la muerte».
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