
Posibles causas de las manchas blancas en los dientes
Las manchas blancas en los dientes, aparecen como aviso y paso previo a la aparición de las caries.
Las causas por las que estas manchas dañan el esmalte puede ser dos: el exceso de flúor durante la formación del diente o la descalcificación de dicho hueso.
Normalmente, la causa más común del las manchas blancas en los dientes suele ser la primera, es decir, el exceso de flúor, mineral que viene incorporado en casi todos los productos de higiene dental. El flúor suele ser tan empleado, sobre todo en las pastas de dientes y aguas fluoradas, porque combate y previene las caries, inhibiendo la desmineralización del diente.
Esto es cierto, pero es de vital importancia observar las cantidades empleadas de este mineral para poder mantener saludablemente el equilibrio en nuestra boca. Una buena conducta alimentaria permite a nuestro propio cuerpo obtener la cantidad óptima de flúor para poder mantener sanos los dientes.
El exceso de este mineral provocará que el propio diente no pueda absorberlo, lo que conlleva la formación de depósitos de flúor en este hueso, favoreciendo la aparición de manchas blancas.
La lactancia materna y los dientes
La segunda causa por la que aparecen las manchas blancas en los dientes, puede ser la descalcificación o desmineralización del diente. Esto puede ser debido a que el tiempo de lactancia materna sea excesivamente prolongado, como se ha visto sobretodo en casos en los que se da el pecho a demanda del niño.
La leche materna es muy dulce por la alta concentración de azúcares que contiene, y este tipo de azúcares generan ácido láctico aumentando como consecuencia el PH de la saliva. Al estar siempre presentes en la boca pueden causar porosidad en los dientes favoreciendo la perdida de calcio.
Esto provoca el desgaste de los dientes y la aparición de caries de tipo biberón o de succión. Por ello, los dentistas recomiendan vigilar la lactancia materna a partir del momento en el que le salgan los primeros dientes.
¿Qué hacer en caso de manchas blancas en los dientes?
En el caso que el niño siga tomando pecho es importante el mantener una buena higiene bucal, limpiando después de la succión cada diente con una garzita. De este modo se eliminará el azúcar que puede quedar atrapado en los dientes.
Se debe considerar también que el desarrollo dental del bebé empieza en la fase embrionaria del feto y es posible que la causa de mala formación del esmalte del diente se produzca durante la gestación, ya que lo primero en generarse es la capa exterior del diente y después la raíz.
Así que es posible cuidar la salud dental del niño ya durante la gestación, asegurando con una buena dieta el aporte adecuado de todos los minerales necesarios como el calcio, el magnesio y fósforo.
Aunque las manchas blancas aparezcan el los dientes de leche del bebé, no se deben descuidar ya que se ha observado que aumentan las posibilidades de sufrir caries también en los dientes permanentes. Por eso los dentistas recomiendan vigilar desde una temprana edad las alteraciones que vayan apareciendo en la boca.
Fuentes de minerales para una dieta adecuada
Para prevenir las variaciones en el esmalte de los dientes es importante tener en cuenta la alimentación. La solución no es hacer una ingesta mayor de minerales para asegurarnos tener lo suficiente, sino más bien mantener una dieta variada aportando calcio y magnesio a nuestro organismo (el calcio necesita magnesio para poder ser bien absorbido).
A la vez, en esta cadena de sinergias, interviene el fósforo, que en cantidades superiores de las requeridas, interfiere con el magnesio. Excederse en la ingesta de flúor tampoco es recomendable.
Sin volverse matemático en calcular las cantidades, la clave está en seguir una dieta equilibrada. No obstante, útil es saber que las verduras y los cereales integrales tienen un pequeño porcentaje de estos minerales.
Dónde encontrar los minerales
Encontramos:
- El flúor en pescados de origen marino (sobre todo en el marisco) y en el té.
- El calcio en el brócoli, la coliflor, las almendras, las algas, las semillas de sésamo y lo lácteos (aunque estos últimos habrá que vigilarlos para evitar el problema mencionado con el ácido láctico).
- El magnesio puede encontrarse sobre todo en verduras de hoja verde y en las semillas.
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