
¿Qué son?
Los fitoestrógenos forman parte de un grupo de compuestos denominados fitonutrientes o fitoquímicos. Son compuestos biológicamente activos formados a partir del metabolismo secundario de las plantas y no se consideran estrictamente “nutrientes”, porque su acción sobre el organismo no es la obtención de energía o la formación de estructuras orgánicas (funciones nutricionales básicas), sino que actúan sobre diversos procesos fisiológicos regalándolos o potenciandolos de forma específica (cada fitonutriente está vinculado a unas acciones específicas).
Funciones de los fitoestrógenos
Entre las funciones que se le atribuyen a los fitoestrógenos, encontramos las siguientes:
- Mitigan las molestias o síntomas asociados a la menopausia como son: sofocos, ansiedad, insomnio, depresión, irritabilidad, etc.
- Protegen de enfermedades cardiovasculares, debido a que facilitan la metabolización de los lípidos, regulando el colesterol.
- Reducen la pérdida de masa ósea, característica de esta etapa, disminuyendo la aparición de osteoporosis.
- Reducen el riesgo de sufrir cáncer de mama y endometrio.
- Reducen el envejecimiento celular, gracias a su acción antioxidante.
Todas estas son funciones muy importantes para nuestra salud, pero principalmente y por lo que más se habla de los fitoestrógenos, es por su capacidad de modular la respuesta estrogénica en la mujer, puesto que en ocasiones y dependiendo de cada individuo pueden ser respuestas fuertes que pueden provocar determinados desequilibrios y a la larga determinadas patologías.
¿En qué alimentos encontramos los fitoestrógenos?
Los fitoestrógenos los encontramos en alimentos de origen vegetal, como por ejemplo los cereales integrales, las legumbres, las hortalizas, las frutas, pero hay un tipo de fitoestrógenos, las isoflavonas, que constituyen la familia más numerosa de fitoestrógenos. Estos se encuentran en todas las legumbres, aunque la fuente más abundante es la semilla de soja y algunos de sus derivados como el tempeh, el tofu, el miso, etc.
Es importante saber que la activación y la correcta absorción de las isoflavonas, dependerá del estado de nuestras bacterias intestinales, puesto que son ellas, una vez hemos ingerido la soja, las que se encargarán a través de su acción enzimática, de transformar la soja en su forma activa para que la podamos absorber correctamente. Por lo tanto, será muy importante que nuestra microbiota intestinal (bacterias que se encuentran en nuestro intestino) se encuentre en un correcto equilibrio y funcionalidad.
Los fitoestrógenos y la menopausia
Actualmente, los fitoestrógenos más estudiados son las isoflavonas, por lo que son estas las que más se utilizan en el tratamiento para mujeres en la etapa de menopausia, basándose en que las conclusiones de determinados estudios científicos indican que una dieta rica en isoflavonas reduce la incidencia de la sintomatología propia de esta etapa, en especial de los sofocos.
Los sofocos, son el trastorno más común de la menopausia, pero aunque numerosos estudios confirman una mejoría notable en las mujeres tratadas con isoflavonas, las conclusiones de estos estudios aún son algo confusas.
Otro aspecto que según los estudios pueden mejorar los fitoestrógenos es la osteoporosis, basándose en que un dieta rica en isoflavonas actúa positivamente sobre la densidad mineral ósea, aunque aún existen pocos estudios al respecto.
Otro aspecto sobre el que parece actuar el consumo de fitoestrógenos es sobre el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Distintos estudios relacionan el consumo de fitoestrógenos con tasas más bajas de enfermedad cardiovascular en los países orientales respecto a los occidentales, pero este hecho quizá podría ser debido a que la dieta oriental conlleva una menor ingesta de grasa saturada respecto a la occidental y no tanto al consumo de fitoestrógenos. Por lo tanto, los estudios que lo relacionan tampoco están claros.
A nivel general, no cabe duda de que los fitoestrógenos se han convertido en compuestos naturales por los cuales el interés se va incrementando día a día, puesto que todo lo que influya de forma positiva en nuestra salud siempre será interesante introducirlo; ahora bien, aunque hay muchos estudios que indican determinados beneficios de los fitoestrógenos en la salud hormonal femenina, es cierto que muchos de ellos no tienen la suficiente evidencia para asegurar al 100% que los fitoestrógenos provocan dichos beneficios en nuestro organismo sin perjuicio alguno, por lo que, tendremos que esperar a que poco a poco, vayan afianzándose más estudios científicos y tengamos resultados más certeros.
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