
Limpieza facial casera
La limpieza de cutis consiste no solo en limpiar sino también en hidratar las zonas de rostro y cuello con productos adecuados a tu tipo de piel, ya sean con productos naturales o con cosméticos convencionales.
Si no te puedes permitir el lujo (por economía o tiempo) de acercarte a un gabinete de estética para que te hagan una limpieza de cutis en profundidad, que sepas que hacerte una limpieza facial casera es muy sencillo.
Solo necesitas una hora y media para ti, algunos cacharros de cocina, un par de toallas e ingredientes naturales que puedes encontrar en la despensa o en el frigorífico.
Es recomendable que un buen profesional te indique cómo es tu epidermis antes de empezar. Tienes que saber que usar productos inadecuados puede ser tan perjudicial como no limpiar tu cutis en ningún momento del día.
Hay que tener en cuenta los tipos de cutis
Los tipos de piel normalmente se dividen en cuatro que pueden cambiar a lo largo de la vida, vamos a conocerlos:
- Las pieles secas son las que tienen mayor pérdida de hidratación y no producen la suficiente capa grasa protectora para evitar ese déficit de agua. En estos casos, la limpieza de cutis es imprescindible para la total absorción de los beneficios de la hidratante.
- Se consideran pieles normales las que no tienen carencia de hidratación. El uso de limpiadoras o hidratantes no adecuadas puede ocasionar un desequilibrio que lleve a tu cutis a producir más grasa.
- Las pieles mixtas también pueden tener carencia de hidratación que se traduce en un exceso de producción de grasa para paliar dicha carencia.
- Las piedes grasas son los que producen sebo con frecuencia, independientemente de su hidratación. Suelen tener puntos negros y granos.
Limpieza facial casera paso a paso
Te explicamos detalladamente los pasos a seguir para que puedas realizarte una perfecta limpieza facial casera, como puedes ver no es tan complicado y los resultados merecen la pena:
- lavar y tonificar: Lo primero que debes hacer para una buena limpieza facial casera es quitar todo el resto de suciedad que tengas en el rostro. Utiliza un jabón neutro, a ser posible natural como los realizados con caléndula o glicerina.
Una vez se ha eliminado maquillaje y otras impurezas, aplícate un tónico que puedes preparar fácilmente con una infusión de manzanilla amarga y unas gotas de limón. Este ungüento te sirve para otras veces. Si quieres, además, una luminosidad extra, añade una infusión de té verde. - Exfoliación: Llega el momento de la exfoliación. Puedes preparar esta crema con varias cucharadas de yogur natural sin azúcar y otras tantas de salvado de cereal, a ser posible de avena.
Una vez que está todo mezclado y depositado sobre el rostro, realiza un masaje circular desde la barbilla hasta la frente. Incide en las zonas más problemáticas como nariz, mentón o pómulos. Con 5 minutos bastará antes de retirar este producto. - Abrir y limpiar poros: Mientras realizas la operación anterior (exfoliación) puedes dejar medio litro de agua hirviendo en el fuego. Una vez este humeante, añade algunas hojas de tila (que calma) o rosas (que nutre) o lavanda (que serena) al agua.
CON EL FUEGO APAGADO, en un lugar tranquilo, con una toalla sobre la cabeza, toma los vapores que has preparado hasta que notes que estás sudando. Eso suele suceder al cabo de los 10 o 15 minutos. Insisto en la precaución extrema para que no te quemes y que tu sesión de belleza casera acabe en urgencia.
Una vez tienes todos los poros abiertos, con un algodón empapado en el tónico del paso 1 puedes quitarte (sin hacerte marcas ni pellizcarte) todos los puntos negros apretando sobre la piel. Incide en la nariz, mentón y frente. Si tienes algún grano feo, es mejor que lo pinches (con cuidado) con una aguja empapada en alcohol antes de hacerlo explotar. Ve mojando las zonas que estás tratando con la infusión de manzanilla. - Mascarilla y tiempo de relajación: Si quieres, no te seques para este paso. Prepara una mascarilla calmante con medio aguacate, un par de cucharadas del yogur utilizado para la exfoliación y unas gotas de limón.
Déjala actuar, al menos, medio hora antes de retirarla y volverte a aplicar unas gotas de tónico. Ya notarás la piel limpia, brillante y luminosa. - Hidratación: Lo último es rematar la operación con tu crema habitual, a ser posible natural y con filtro solar si vives en una zona meridional.
Es mejor que hagas esta operación unas cuantas horas antes de salir o de arreglarte. Así la epidermis lucirá más espléndida y rejuvenecida.
Limpieza de cutis diaria
La limpieza facial en profundidad la podemos hacer una vez por semana o cuando tenemos algún evento, pero todos los días hemos de limpiar nuestro cutis para librarlo de las impurezas acumuladas.
Puedes hacer una limpieza de cutis con productos naturales y que, muchs veces, todas tenemos en nuestra cocina:
- La limpiadora a base de pepinos es adecuada para las normales. Para realizarla, necesitas un pepino y agua. Pela y licua la verdura y añade un pequeña cantidad de agua (con una cucharadita para hacer una pasta bastará). Aplícala en todo el rostro y cuello durante 15 o 20 minutos y aclara con abundante agua templada.
- La limpiadora de manzanilla es ideal para pieles más secas. Necesitas una cucharada de flores de esta hierba medicinal, tres cucharadas de aceite de girasol y otras tantas de oliva. Majar en el mortero las plantas y ve agregando, poco a poco, las grasas. Cuando hayas concluido la mezcla, aplica una capa fina sobre tu cutis y espera hasta que se seque antes de retirarlo con agua tibia.
- Para pieles mixtas o grasas la mejor opción es la limpiadora de leche y avena. Necesitas dos cucharadas de polvo de avena y una taza de leche fresca. Se mezcla todo hasta crear una masa uniforme. Usa un cepillo para extenderla por el rostro y cuello. Con 15 minutos bastará antes de retirarla con agua.
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