Como solucionar la falta de apetito

Cuando la falta de apetito es algo puntual no hay ningún problema pero si es algo habitual hay que averiguar la causa y buscar el tratamiento adecuado.

Como solucionar la falta de apetito
Neus Elcacho
Graduada técnica en Dietética y Nutrición, especializada en Alimentación y Salud Natural. Miembro de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas.

¿Qué es?

Se considera una pérdida de apetito preocupante cuando disminuyen considerablemente las ganas de comer durante un tiempo prolongado. Puede darse en niños, ancianos y adultos.

Lo poco que comen ya les llena, o no les apetece nada, o no les sabe la comida, o todo les da asco, o ciertos alimentos les producen rechazo o náuseas, o les duele al tragar.

Además, en los últimos años, como coadyuvante en las dietas de control de peso, se están comercializando capsulas y productos para inhibir el apetito. Aunque hay preparados que no entablan riesgos para la salud (como los realizados a base de algas o de Plantago ovata), si quieres reducir la ansiedad por comer, es mejor que te decantes por alimentos saludables que llenan sin engordar.

Ni que decir tiene que si esta falta de apetito es transitorio, no tienes por qué preocuparte, pero si se extiende en el tiempo y/o va acompañado de una bajada de peso considerable, entonces deberás prestar la debida atención y, si es posible, consultar con un profesional médico.

¿Y la falta de apetito en los niños?

Debemos tener en cuenta que la falta de apetito en la infancia tiene diferentes grados. Los mayores comemos lo que queremos y cuando queremos. Si un día no nos apetece comer no pasa nada, y no comemos o comemos menos. Pero a los niños no les damos opción, les obligamos a que se coman el plato.

Muchos bebés tras tomar un pecho, se quedan dormiditos y relajados, satisfechos. Entonces aparecemos los mayores, para decirles: ¡despierta! ¡Que te queda el otro pecho! Estos ejemplos vienen a explicar que la falta de apetito puntualmente es normal. En el momento en el se convierta en algo continuado y grave, ya hay que mirar cuál es la causa (si es psicológica, emocional o fisiológica).

A pesar de que a algunas mamás les resulta casi angustiosa la hora de la comida porque sus pequeños no quieren probar bocado, aquí solo trataremos las causas que pueden disminuir las ganas de comer en los niños. Si tu pequeño, de repente, ha dejado de comer, puede deberse a:

  • Que esté incubando algún virus o bacteria sin mayor importancia, como un catarro común.
  • Cambios de estación o de condiciones climatológicas. Los pequeños se desganan con el calor.
  • Por ansiedad debido a mudanzas, trastoques de su rutina cotidiana o viajes (incluso si son por placer o vacaciones).
  • Por situaciones de estrés en el colegio o dentro del hogar. Si no identificas la causa (porque no se desarrolle en el entorno familiar), debes consultar con sus profesores. Muchos niños esconden una situación de acoso escolar dejando de comer.
  • Si las circunstancias se da en la familia, tienes que hacer un esfuerzo por mantener un entorno lo más agradable posible cuando el niño esté en casa. Los pequeños dejarán de comer si hay divorcios, fallecimientos o si se dan cuenta de percances graves.
  • La familia debe estar atenta a posibles síntomas (rechazo de la comida, mal humor, delgadez extrema, obsesión…) que pueda indicar una anorexia nerviosa.

Causas de la falta de apetito

  • Una mala alimentación (consumir fuera de horas alimentos, golosinas, refrescos, etc.).
  • Falta de apetito relacionada con enfermedades (estados febriles, anemias, problemas digestivos, cirugía, infecciones, VIH, hipertiroidismo, estreñimiento, y consumo excesivo de fármacos).
  • Si estás en edad de concebir, asegúrate de que no estás embarazada. Durante las primeras semanas de gestación se agudiza el olfato provocando que se rechacen algunos alimentos o que se produzca una pérdida de apetito.
  • Los cambios en el trabajo, la ansiedad laboral, problemas familiares, enfermedades propias o de tus seres queridos pueden provocar una pérdida de apetito y, a la larga, un adelgazamiento poco saludable.
  • Los divorcios, el desempleo o el fracaso en pruebas o exámenes están irremediablemente asociados (excepto en individuos con una salud psicológica magnífica) con una desgana en todos los ámbitos.
  • Vigila tu estado de ánimo, ya que la depresión suele cursar con una falta de apetito generalizada. Si crees que te estás acercando a esta enfermedad, consulta con tu médico inmediatamente.
  • Solo enfermedades muy graves, como el cáncer de páncreas, cursa con una pérdida de apetito.
  • También suele estar asociada a tratamientos farmacológicos diversos. Si es así, tu médico te tendrá al tanto para que no te alarmes sin necesidad.

Ten en cuenta que cualquier problema puede hacer perder la ganas de comer. En este caso puedes entrar en un bucle peligroso: no te alimentas adecuadamente y, por tanto, no puedes hacer frente a las responsabilidades diarias. Esto genera más ansiedad y vas disminuyendo la ingesta y, a la larga, aumentan las posibilidades de enfermar, tanto de cuerpo como de mente.

Consecuencias de la pérdida de apetito

  • La falta de apetito hace que nos nutramos peor y eso acabará causando fatiga, debilidad y desánimo.
  • El organismo se va quedando sin defensas y es presa fácil de enfermedades que atacan al sistema inmunológico.
  • Aumenta el riesgo de malnutrición y de carencias nutritivas

Cómo tratar la pérdida de apetito

  • Nunca debe de tratarse de convencer a la persona que no quiere comer con malas maneras.
  • Realizar poco a poco una reeducación alimentaria (comer frutas y verduras, farináceos, proteínas, lácteos, grasas saludables, etc., no comer fuera de horas, dar paseos,…)
  • Evitar los alimentos poco energéticos y muy ricos en fibra, incluir alimentos que en poco volumen aporten mucha energía y variedad de nutrientes, limitar la ingesta de líquidos en las principales comidas, evitar los alimentos muy calientes.
  • Variar al máximo la dieta: cocciones, sabores y texturas (hacer la comida más apetecible), hacer platos reducidos y distribuir las comidas varias veces al día.
  • Hacer ejercicio de forma regular, visitar a un especialista por si hubiera algún tipo de trastorno de la conducta alimentaria, comer acompañado o en un lugar dónde sea agradable, y si se tolera bien alguna comida no pasa nada si se come lo mismo durante varios días.
  • Consultar al médico por si se necesitase suplementos nutricionales y cuando se encuentre mejor aprovecharlo para comer más, por ejemplo, mucha gente tiene más apetito por la mañana, cuando están más descansados.

Plantas medicinales recomendadas

Las plantas aperitivas nos ayudarán a tratar la falta de apetito ya que poseen principios amargos que estimulan la segregación de ácidos y pepsinas en el estómago, despertando así el apetito. Algunas plantas recomendables son la ajedrea, el ajenjo, angélica, anís, argentina, artemisa, cardo santo, cario, centaura menor, clavo, coriandro, endrino, enebro, genciana, grosellero, jalea real, hinojo, trébol de agua, laurel, liquen de Islandia, manzanilla, marrubio, menta, milenrama.

Se pueden tomar en infusión combinando hasta un máximo de 5-6 plantas, 3 veces al día, 30 minutos antes de las comidas.

Otros remedios para la falta de apetito

  • Zumo de tomate. Para ello, se debe lava, pelar y exprimir los tomates. Después se cuelan para eliminar las pepitas. Se le puede añadir azúcar al gusto. Tomar un vaso diario preferiblemente por la mañana.
  • Elaborar una ensalada de lechuga la cual deberá ser tomada como primer plato, antes que cualquier otro que se consuma, ya sea en el almuerzo o en la cena. La lechuga se recomienda en los casos de pérdida de apetito debido a que ayuda a incrementar las ganas de comer.
  • Zumo de fresas. Licuar un puñado de fresas y luego agregar una taza de agua o de leche. Se toma preferiblemente durante el desayuno.
  • Jalea Real. Es, sin duda, uno de los remedios naturales más eficaces para tratar la falta de apetito.

¿Sabías que…?

Un médico explicaba un día como mucha gente, ante la falta de apetito, se alimenta de lácteos (leche de vaca, yogures, etc.) ya que se piensa que ya que se come poco al menos que sea nutritivo.

El problema, según el doctor, es que la persona cada vez comerá menos ya que los lácteos tienden a quitarnos aún más el apetito. Según él lo mejor es tomar el mínimo de lácteos hasta que desaparezca la falta de apetito. Por supuesto cada caso hay que verlo con detalle.

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