¿Qué es la alimentación energética?

Si somos energía, ¿los alimentos también? ¿Qué tipo de energía tienen? ¿Cómo nos afecta en función de lo que comemos? Te lo contamos en este artículo…

¿Qué es la alimentación energética?
Montse Canyete
Soy Técnico Superior en Comunicación y Marketing. Técnico Superior en Dietética. También, formación en Psiconutrición, Cocina Energética en la Escuela de Montse Bradford, Máster en Programación Neurolingüística y Máster en Desarrollo Personal y Liderazgo.

La alimentación energética: ¿en qué consiste?

No estamos ante ninguna dieta específica, sino ante una forma de vida, y por supuesto, de alimentarse.

Einstein ya lo decía: “somos energía”, y todo ser vivo que encontramos en la Naturaleza, también. Con ello, se incluyen los alimentos que ingerimos. Y es que todo en la Madre Tierra tiene su propia energía y fuerza vital.

Conocer qué tipo de energía tiene los alimentos, cómo combinarlos y cómo cocinarlos, para que nos generen un estado vibracional, según las necesidades fisiológicas y emocionales de cada persona, es la clave de este tipo de alimentación. Siempre en armonía, respeto y sostenibilidad hacia esta Madre Tierra que nos abastece de lo que el Ser Humano necesita.

Conocer nuestra energía para buscar el equilibrio mediante la alimentación

La alimentación energética trabaja mucho con la dualidad de energías Yin y Yang que encontramos en el Universo. De hecho, al entender este mundo como algo completamente dual, donde una energía no puede existir sin la otra, pretende que las personas se conozcan fisiológicamente (cómo son a nivel de constitución) y cómo se sienten (la condición energética en ese momento).

De este modo, buscar el equilibrio energético mediante la alimentación, dado que, también lo que ingerimos, puede tener una energía más Yin o más Yang. Y el objetivo siempre es buscar el equilibrio entre esa dualidad, sin extremos. Porque somos siempre las dos energías. Ese equilibrio es lo que hace sostenible al Planeta y a todo el Universo para que fluya normalmente. Si estamos muy Yin o muy Yang, hay un desajuste, pudiendo afectarnos a órganos, generarnos enfermedades, trastornos, etc.

Para la alimentación energética, la energía Yin simboliza la Madre Tierra y contiene una vibración más expansiva, rápida, dispersa, energía centrífuga, de crecimiento rápido… Que si lo aplicamos a las personas, podría asociarse a aquellos individuos de constitución más delgada, altos, y con una condición más pálida, dispersos, poco enraizados en la tierra, poco mentales etc.

Así mismo, la energía Yang es su opuesto. Contiene una vibración más densa, contractiva, energía centrípeta, la del Universo, lenta… Y si lo asociamos a las personas, las identificaríamos por su constitución más bajita, con obesidad o exceso de peso, y de condición más tensa, rictus más serio, concentrados, muy arraigados a la tierra, mucho más racionales, etc.

¿Qué energía tienen los alimentos y cómo se clasifica?

Como decíamos, la alimentación energética busca ese equilibrio entre Yin y Yang, la moderación o el punto de encuentro. Por lo tanto, aboga por el consumo de alimentos llamados “de energía moderada”. Dejando de lado los más extremos Yin y Yang.

Las personas que siguen una alimentación energética explican que, si tendemos a consumir alimentos de los extremos Yin y Yang, abandonamos ese “centro” que se pretende buscar. Y si revisamos qué implicaban las energías Yin y Yang, podemos decir que aplica igualmente para los alimentos.

Así mismo, se clasifica como alimentos con energía extrema Yin a los que expanden, hinchan, dispersan, enfrían, de efecto rápido… Como pueden ser: cafés, tés, azúcares rápidos o simples, especias, algunas frutas, solanáceas y otros como espinacas, acelgas, champiñones…

Y en su opuesto, se clasifican como alimentos con energía extrema Yang a los que contraen, densos, que retienen, que calientan… como pueden ser: la sal, carnes y grasas saturadas, quesos curados, snacks salados, huevos, embutidos, horneados, condimentos salados, concentrados…

Por lo tanto, ¿cuáles son los alimentos de energía moderada? Para la alimentación energética son aquellos que son “neutros”, sin extremos. Los que nos convendría ingerir para buscar ese equilibrio mental, físico y emocional.

Te mencionamos algunos de ellos: melazas de cereales, frutas del tiempo y locales, semillas y frutos secos, verduras del tiempo y locales, algas locales, legumbres y proteínas vegetales, cereales integrales, pescados y mariscos.

¿Cómo los combinamos para lograr un efecto u otro en nuestro cuerpo?

Montse Bradford, referente mundial en divulgación de alimentación energética, siempre habla en sus conferencias y libros de la importancia de practicar la “alquimia en la cocina”. Es decir, que no es suficiente con saber cómo somos y nos encontramos, y qué energía tienen los alimentos, sino que hay que cocinarlos y combinarlos de forma que realmente logremos el efecto energético deseado. ¿Por qué motivo?

Montse Bradford se apoya siempre de dos personajes históricos que son el ejemplo perfecto para explicar esto:

  • Sancho Panza: De constitución bajita, denso, que retiene, tenso… (Energía Yang).
  • Don Quijote: De constitución alta, disperso, frío, volátil… (Energía Yin).

Con lo que ya conocemos sobre la alimentación energética, que busca el equilibrio, y viendo las características de estos dos ejemplos, seguro que ya sabrías intuir qué alimentos le pueden ir mejor a uno y al otro, ¿verdad?

A nuestro Sancho Panza le van a convenir más los alimentos de tendencia moderados-Yin para compensar y equilibrarse. Y a nuestro Don Quijote, a la inversa.

Pero, ¿siempre funciona igual? Definitivamente, no. La energía fluye, es cambiante en todo el Universo. Con nosotros ocurre lo mismo. Porque, aunque ciertamente, Sancho Panza y Don Quijote no van a cambiar a nivel de constitución, pero sí de condición energética. Hoy pueden sentir más frío interno, debilidad, irritabilidad, hinchazón, contención… y mañana, todo lo contrario.

Por ello, además de lo que hemos visto, es importante cocinar los alimentos con más o menos fuego, tiempo, llama o bien, optar por cocinarlos poco, más crudos, salteados rápidos, prensados, macerados… Y por descontado, teniendo en cuenta la estación del año en la que nos encontramos. Guiarse por el curso de la Naturaleza, sus tempos, y escuchar al cuerpo, es clave según la alimentación energética.

Ventajas de la alimentación energética

Sus defensores y seguidores apelan a la experiencia y tradiciones milenarias, muchas con base de la alimentación macrobiótica, como mejor argumento para validar este tipo de estilo de vida y de alimentación.

En el famoso libro “El estudio de China”, se elaboraron múltiples informes hechos por nutricionistas y científicos de renombre como Colin Campbell, donde se podía demostrar mediante la experiencia, que lo que comemos tiene vinculación directa con nuestra salud. Y que, un alto consumo de alimentos de origen vegetal, en sustitución de proteína animal, mejoraba considerablemente las tasas de enfermedades cardiovasculares, diabetes, cánceres, etc.  Además de contribuir con la sostenibilidad del Planeta.

Por ello, la alimentación energética apuesta por lograr ese equilibrio buscando alimentos de energía más moderada, que nos permitan lograr ese centro emocional, físico y mental para pensar con mayor claridad, ser y estar más presentes y poder conectar con nuestra esencia interior, generando armonía y paz.

Valoración

4.5/5 - (2 votos)



Anterior artículo »
Siguiente artículo »

Suscripción gratuita

Recibe gratuitamente nuestro boletín mensual con las últimas novedades