
Qué son las dietas hipocalóricas
Las dietas hipocalóricas consisten en aquellas pautas dietéticas que fundamentan su aplicación en la restricción de calorías en la ingesta diaria o la reducción de aquellos alimentos que contengan un nivel calórico muy elevado, vamos a conocerlas y también sus inconvenientes.
Por qué no debemos realizar dietas hipocalóricas
No obstante, aunque las dietas hipocalóricas son las más utilizadas por los profesionales sanitarios e instituciones de la salud pública, recientes estudios han demostrado que no son efectivas: sólo un 10% de las personas que quieren perder peso lo consiguen y lo mantienen en el tiempo, realizando dietas hipocalóricas.
Así pues, ¿Cuál es el truco? ¿Por qué no funcionan estas dietas? El enfoque actual de contar calorías ve el cuerpo como un organismo pasivo que consume y gasta energía con lo que cada uno parece que pueda actuar voluntariamente sobre ello comiendo más o menos.
Esto deriva a que muchos profesionales de la salud e instituciones divulgan la falsa idea de que se puede comer de todo (alimentos procesados, azúcar, etc.) pero simplemente cuidando las porciones. Además las dietas hipocalóricas refuerza la idea de que para perder peso con un simple gesto de contar podamos hacerlo sin tener en cuenta que el organismo es mucho más complejo que eso. Hay hormonas y señales químicas que influyen directamente.
Básicamente el sistema se regula por la leptina y el hipotálamo. La leptina es segregada por la grasa y es interpretada por nuestro cerebro como un indicador de energía acumulada en el cuerpo.
El hipotálamo responde a esta información con múltiples herramientas, siendo las más relevantes el apetito y el gasto energético. Cuando la leptina le indica que las reservas están bajando, responde con picos de hambre y con la reducción del metabolismo para conservar energía (menos ganas de moverse, menor temperatura corporal…), hasta que recupera un nivel de grasa con el que se siente “tranquilo”. Cuando se pierde sensibilidad a esta hormona, los receptores de nuestro cerebro requieren niveles más elevados de leptina para entender que tus reservas de grasas ya están llenas, es decir, tienes energía de sobra acumulada pero tu cerebro sigue pensando que aún te estás muriendo de hambre, con lo que el punto de ajuste se eleva aumentando el umbral de grasa deseable de tu cuerpo.
Además, es muy importante tener en cuenta que cuando realizas dietas hipocalóricas sometes a tu cuerpo a una restricción muy elevada de calorías lo que disminuye tu metabolismo, lo ralentizas, ya que al disminuir calorías le estamos diciendo al hipotálamo que debe de “apagar” ciertos mecanismos no vitales para poder reducir el consumo.
Inconvenientes de las dietas hipocalóricas
Uno de los inconvenientes de las dietas hipocalóricas más temidos y con más consecuencias posteriores es el efecto rebote. El efecto rebote consiste en el posterior aumento de peso tras haber realizado una dieta. Esto surge como consecuencia de que si después de realizar una dieta muy restrictiva a nivel calórico y luego pasas a un nivel normal pero con tu metabolismo más lento, ya que previamente habremos reducido en exceso las calorías, conseguirás aumentar de peso.
Además, con el tiempo, el cuerpo tiende a autorregularse llegando a un nivel de peso “normal”, echando por la borda todo sacrificio realizado y habiendo perjudicado nuestro sistema hormonal y desarrollando células nuevas de grasa que nunca se irán.
Consecuencias
Pérdida de masa muscular: Tras haber ingerido una cantidad de energía inferior a nuestro gasto calórico total durante un período de tiempo, nuestro organismo utiliza nuestras reservas de glucosa, glucógeno y grasa para obtener energía, esto es lo que nos ha hecho perder peso. Una parte procede de las grasas acumuladas, pero otra parte importante procede del líquido intra y extracelular y de masa muscular. Después de la dieta, empezamos a comer lo mismo que se comía antes, sin embargo como se ha perdido masa muscular consumimos menos energía, por lo tanto acumulamos grasa rápidamente (efecto rebote).
Disminución en la síntesis de hormonas tiroideas: Durante una dieta hipocalórica, nuestro organismo se pone en “modo ahorro de energía”, es decir como ingerimos tan poca energía a través de los alimentos intenta aprovechar al máximo estas pequeñas ingestas que realiza la persona y cuando la dieta deja de llevarse a cabo lo aprovecha de forma más efectiva, por lo tanto acumula ese exceso de calorías que ahora ingerimos (efecto rebote).
Incurrir en excesos de carbohidratos y grasas tras la dieta: Cuando una persona deja la dieta, por lo general, suele comer en exceso alimentos ricos en estos macronutrientes para suplir las carencias que ha tenido durante la dieta, si estos macronutrientes se consumen en exceso se acumulan en forma de grasa en nuestro organismo. El consumo excesivo de carbohidratos y grasas, la pérdida de masa muscular y la disminución de hormonas tiroideas tras una dieta de choque o hipocalórica son el complemento perfecto para acumular grasa. Esto es lo que le pasa al 97% de las personas que se citaba al principio del artículo.
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