Hidratar la piel desde dentro y cuidarla desde fuera

Hidratar la piel desde dentro es fundamental para cuidarla y que esté en perfectas condiciones ya que es una barrera física, química e inmunológica.

Hidratar la piel desde dentro y cuidarla desde fuera
Sarai Mir Fuentes
Aromaterapia, reflexología podal y holística, plantas medicinales, dietista, cosmética natural y ecológica.

¿Qué es la piel y cuales son funciones?

La piel es una barrera entre el organismo y el ambiente. Está formada por diferentes capas cada una de ellas con una composición y propiedades diferentes:

  • Epidermis: es la capa más superficial de la piel. En esta capa se encuentran un tipo de células inmunológicas para la detección de infecciones
  • Dermis: capa intermedia. Se encarga de nutrir la epidermis. Está formada por fibras elásticas y de colágeno.
  • Hipodermis: la capa más Es una capa adiposa entre la piel y los órganos que cubre.

Las principales funciones de la piel son:

  • Protección frente a agresiones mecánicas y químicas, rayos UV y agentes patógenos.
  • Regulación de la temperatura interna del cuerpo gracias a su función aislante, la transpiración y asegurando el equilibrio del agua y sales minerales.
  • Capta estímulos externos.
  • Sintetiza vitamina D al exponernos al sol.

¿Cómo hidratar la piel?

La piel se hidrata desde el interior al exterior del organismo, el flujo de agua siempre es en una sola dirección.

Hay dos factores que condicionan la hidratación:

  • El equilibrio entre la difusión de agua y la evaporación: la piel recibe agua desde la capa más interna hasta la más externa, al llegar a la superficie se evapora. Es un flujo continuo de agua que se renueva constantemente. El agua que se va reponiendo no procede solo del agua bebida, mucha procede de los alimentos en sí y de la combustión de los alimentos.
  • La capacidad de fijación del agua a la piel (a la capa córnea de la epidermis en concreto). Esta fijación se consigue gracias a la composición de varias sustancias higroscópicas presentes en el organismo como aminoácidos, ácido piroglutámico, urea, lactatos, sales minerales y azúcares.

Cuando no hay un equilibrio entre el agua que perdemos y la que generamos se produce la alteración de la reserva de agua y esto da lugar a alteraciones en el aspecto de la piel: grasa, con brillos, descamada, etc.

Hidratar la piel desde dentro y cuidarla desde fuera

Hidratar la piel se consigue desde dentro del organismo como hemos visto pero, desde fuera podemos ayudar a frenar la evaporación mediante cremas o geles humectantes.

Para hidratar la piel desde dentro es importante beber agua o infusiones a lo largo del día. No hay una cantidad óptima general, cada persona tiene sus necesidades, pero podemos decir que entre 1- 1,5l. Sería algo normal.

En cuanto a la alimentación, añadir a nuestros hábitos de alimentación verduras frescas y frutas, reducir el consumo de sal y alcohol ya que hacen que nuestro cuerpo se “deshidrate”, en un intento por compensar perdemos más agua.

Si hablamos de cuidar la piel desde fuera, tan importante es aplicar los productos adecuados como evitar rutinas de limpieza dañinas como por ejemplo limpiar la piel con agente irritantes que puedan alterar la capa lipídica y favorecer la deshidratación o una sobre exfoliación. La exfoliación debe realizarse 1 o 2 veces por semana y siempre de forma suave.

En cuanto a los productos que podemos usar, buscaremos los que contengan sustancias humectantes, “oclusivas” o, componentes que necesita nuestro organismo:

  • Sustancias higroscópicas o humectantes: retienen el agua presente en una emulsión o en el ambiente (glicerina, sorbitol y propilengol). Estas sustancias ayudan a conservar el grado de humedad generado por la transpiración de la piel.
  • Sustancias “oclusivas”: impiden la evaporación de agua (vaselina, lanolina, cera de abeja). Crean una película que evita la evaporación del agua de la piel y permite que el agua que fluye desde el interior del organismo se quede en la epidermis.
  • Otras sustancias: Colágeno, ácido hialurónico, ceramidas, vitaminas A, B, E, C y D.

Debemos prestar atención a nuestra piel, si la vemos seca, con rojeces, tirante o escamada estamos antes signos claros de deshidratación. Debemos mantener la hidratación de la piel en condiciones óptimas ya que con esta acción estaremos fortaleciendo nuestra capa protectora, evitando así infecciones y otros problemas.

Conseguiremos hidratar la piel incluyendo en nuestro día a día un buen aporte de líquidos y aplicando cremas/productos que ayuden a no perder agua.

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