
¿Qué es el hambre canina?
El hambre canina es un deseo insaciable de comer. Es una forma exagerada de ingerir alimentos.
Lo que determina nuestra forma de comer o nuestras ganas de comer, viene condicionado por muchos factores que hay que tener en cuenta. Por un lado, es importante la edad, el sexo, la actividad física que realices y por supuesto tú peso corporal.
Hemos de tener en cuenta el estilo de vida, tus costumbres, la educación que has recibido, si sueles comer en soledad o en compañía.
Tu forma de gestionar tus emociones influye también directamente en tu forma de alimentarte, si eres una persona alegre o quizás vives más en apatía.
Es importante prestar atención a las experiencias previas que hayas tenido con un alimento en particular, así como las dietas restrictivas que han condicionado tu apetito actual.
Por último, y no menos importante se ha de tener en cuenta si ha habido o hay desórdenes alimenticios concretos, como anorexia o bulimia. Los desórdenes hormonales y la cantidad de glucosa en sangre, son otros factores fundamentales en el desequilibrio del hambre.
¿Es normal tener un apetito excesivo?
Responder a esta pregunta puede ser ambiguo, y has de diferenciar entre tener mucho apetito en un momento determinado, porque celebras algo especial, o porque vas a un restaurante donde preparan un menú que te apetece.
No es que sea muy saludable el comer mucho en ese momento, pero es un proceso gastronómico donde interviene el placer, y debemos también saber disfrutar de estos momentos sin tener sentimientos de culpa posteriores.
El problema, ocurre cuando el hambre voraz, hambre canina, es constante, se produce de una manera habitual, y la persona se envuelve en una espiral donde es prácticamente imposible salir. A más apetito, más ganas de comer, perdiéndose incluso el control de la saciedad en el cerebro, y no se puede parar de comer. Esto va acompañado del correspondiente sobrepeso, problemas importantes de salud, y lo que más afecta a la persona, un desorden emocional importante.
¿Dónde se produce la sensación de apetito?
En primer lugar, hemos de tener en cuenta que la sensación de apetito se produce cada tres horas a nivel fisiológico. Sin embargo, uno de los graves errores que se hace es no prestar atención a este proceso interno y sólo se hacen las tres comidas habituales. Ese largo tiempo entre comida y comida, es una de las consecuencias del desequilibrio en las ganas de comer.
La ingesta de alimentos tiene que ver con el nivel de glucosa que tengamos en la sangre. Si los niveles de glucosa son bajos, nos va a dar más apetito, y eso pasa si espaciamos mucho el tiempo entre las comidas.
El centro del control del hambre se encuentra en el cerebro, y a no ser que existan lesiones cerebrales nosotros somos responsables del desequilibrio en el centro de la saciedad. Si consumes pocos alimentos el estómago se contrae, enviando un impulso que intensifica las ganas de comer y es cuando se te dispara el hambre canica. Si el estómago tiene alimentos, se envía información al centro de saciedad y dejas de comer.
¿Qué podemos hacer contra ese hambre canina?
La manera más efectiva y auténtica de equilibrar tu apetito es alimentándote de una manera equilibrada con los alimentos adecuados, como hemos comentado en otras ocasiones. Come cinco veces al día; desayuno, tentempié, comida, merienda y cena.
De esta forma vas a ir regulando el deseo de comer de una manera eficaz, evitando comer alimentos no beneficiosos y haciendo comidas en exceso. Previenes el sobrepeso, así como estados alterados de ansiedad, incrementando tu bienestar.
Consejos para controlar o combatir el hambre canina
Ya sabemos qué es el hambre canina y por qué se produce, estos consejos pueden ser de utilidad para ayudar a controlar esta situación:
- No dejes nunca de comer. Haz cinco comidas al día.
- Escoge los alimentos que te den saciedad.
- Mastica bien los alimentos.
- Debes de realizar actividad física.
- Bebe suficiente agua a lo largo del día (1,5 litros).
- No te fijes excesivamente en la cantidad de calorías, sino en la calidad de calorías del alimento a consumir.
- Nunca te saltes el desayuno.
- Consume piezas de fruta, cereales, yogures desnatados, bocadillos pequeños, tostadas de pan integral con pavo o embutido vegetal, el queso fresco, etc.
¿Sabías qué…?
Comer muy rápido, hace las digestiones más lentas y más pesadas, pero lo más problemático es que te quedas adormecido y no podrás rendir adecuadamente, es decir, tendrás falta de energía vital.
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