
Selección de las gallinas ponedoras
Cuando, en la incubadora, los polluelos salen de los huevos empieza el calvario para estos animales.
El sexador de pollos selecciona y separa a los machos de las hembras, que son en este caso las que interesan.
Los polluelos desechados, como no sirven para pollos de engorde, pues son de otra raza son destruidos inmediatamente, bien gaseándolos o triturándolos cuando aún están vivos para convertirlos en piensos para alimentar a otros pollos y gallinas.
Podemos pensar que las gallinas han tenido mucha suerte, van a vivir y se dedicarán a poner huevos el resto de sus vidas.
¿Cómo viven las gallinas ponedoras en sus granjas?
Las gallinas ponedoras son encerradas en jaulas colocadas en batería del tamaño de una hoja de papel A4. Estas jaulas están equipadas con un comedero y un bebedero.
Sabemos que a las gallinas les encanta moverse y hacer su propio nido.
Como podemos imaginar en este tipo de jaulas les resulta imposible, no pueden ni estirar sus alas.
Esta situación les produce mucho estrés a los animales, que al no tener nada para picotear o escarbar acaban picoteando a sus compañeras de cautiverio causándose unas a otras importantes heridas.
Para que esto no ocurra los granjeros les recortan el pico a las gallinas, proceso que les causa mucho dolor, y que en ocasiones les impide comer y beber por lo que mueren después de una larga agonía.
Las horas de luz en estas granjas se prolongan artificialmente para que las gallinas sean más productivas.
Cuando después de unos quince meses de «vida», las gallinas empiezan a disminuir su producción de huevos; ya no son rentables y hay que eliminarlas.
¿Existen alternativas a este tipo de granjas de gallinas ponedoras?
Debemos saber que existen normativas de la U.E. que regulan el tipo de jaulas que deben ser usadas en las granjas de gallinas ponedoras.
En el año 2011 se prohibieron el uso de las jaulas de batería intentando de esta forma mejorar el bienestar de las gallinas.
Se permiten el uso de las llamadas jaulas enriquecidas que deben proporcionar más espacio a cada gallina y deben incluir elementos que permitan a la gallina picotear y escarbar y el disfrute de una percha.
En las llamadas explotaciones ecológicas las gallinas ponedoras tienen asignada para vivir una superficie de 6 metros cuadrados en la zona cubierta, y 4 metros cuadrados al aire libre, pero no dejan de ser animales que sufren ya que no pueden establecer relaciones sociales ni moverse libremente.
Lo ideal sería que las gallinas ponedoras vivieran libres, picoteando, relacionándose, haciendo sus nidos y poniendo sus huevos según su ciclo, por supuesto esto no es rentable. Digamos que es un sueño inalcanzable para millones de gallinas en el mundo.
¿Qué podemos hacer los consumidores?
Afortunadamente ya hay podemos encontrar en el mercado huevos procedentes de gallinas que viven en «buenas condiciones» e incluso existen granjas donde las gallinas viven en libertad y solo se recogen en el gallinero para dormir.
Estos huevos aunque tienen un precio más elevado que de los de producción «industrial» pero es una buena opción decidir gastar un poco más en nuestra alimentación si a la vez colaboramos en el bienestar de esos animales.