
¿Qué son las emociones?
Las emociones son respuestas del cuerpo ante situaciones que ocurren a nuestro alrededor. Son estados afectivos o reacciones ante el ambiente y van acompañadas de cambios orgánicos influenciados por nuestras experiencias. Cada persona experimenta las emociones de una forma única y personal y gestionar las emociones es una asignatura pendiente para muchos.
Todos experimentamos emociones, las conocemos. Algunas son más aceptadas que otras, pero todas son necesarias para avanzar y para adaptarnos al mundo que nos rodea. De ahí la importancia de gestionarlas correctamente.
¿Cómo funcionan los aceites esenciales con las emociones?
Las emociones se originan en el cerebro, concretamente en el sistema límbico y, es ahí precisamente donde actúan los aceites esenciales.
El uso de aceites esenciales mediante olfacción es muy útil ya que el olfato es un sentido que está conectado directamente con el sistema límbico. Al inhalar el aceite esencial, sus moléculas olfativas entran en contacto con los receptores olfatorios y, estos transportan los olores al cerebro, al sistema límbico en concreto.
Además de las emociones, el sistema límbico está conectado con otras partes del cerebro que controlan la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la respiración y niveles de estrés entre otros. Por este motivo los aceites esenciales además de ayudarnos a gestionar emociones pueden ayudarnos con los efectos de estas emociones en nuestro organismo.
Gestionar emociones: como pueden ayudar los aceites esenciales
Son muchas las emociones que se pueden gestionar usando aceites esenciales, las más conocidas son la ansiedad, angustia, tristeza, pero también nos pueden ayudar con el estrés, insomnio, inseguridad, irritabilidad, etc.
Aceites esenciales que podemos usar para gestionar emociones:
- Ansiedad: sin duda los más usados y conocidos son Neroli y Rosa damascena, pero podemos utilizar otros como Palmarosa, Tomillo, Ylang ylang, Benjuí, Bergamota, Geranio y Jazmín entre otros.
- Angustia: aceites esenciales con propiedades relajantes nerviosas (Palmarosa, Incienso, Lavanda officinalis y Mejorana) y con propiedades calmantes (Manzanilla y Eucalipto Globulus)
- Tristeza, pena y dolor: Mirra, Palmarosa, Rosa y Enebro o aceites que confieren alegría por su naturaleza (Naranja dulce, Geranio y Pomelo)
- Estrés: aceites esenciales que regulan el sistema nervioso (Neroli, Sándalo, Tomillo, Bergamota, Cardamomo y Laurel)
- Insomnio: Mejorana, Limón, Incienso, Bergamota, Ylang Ylang, Sándalo, Rosa y Neroli.
- Inseguridades: Palmarosa, Pino, Rosa, Romero, Tomillo, Cedro, Jengibre, Hisopo Oficinalis.
Lo primero que debemos hacer es identificar la emoción que está retenida, la que queremos trabajar. Después habrá que encontrar el aceite esencial que nos pueda ayudar. Cada persona vive las emociones de una forma personal, única y por este motivo el aceite esencial que le funciona a una persona no tiene porque funcionarle a otra. Es importante sentirse cómodo con el aceite que estamos usando, si nos resulta desagradable no conseguiremos nada. Disponemos de muchos aceites esenciales para encontrar el que mejor nos encaje.
Puede ocurrir que no estemos preparados en este momento para hacer frente a una emoción en concreto, si esto ocurre no hay que forzar. Cada persona tiene sus tiempos y se deben respetar. Se utilizará algún otro aceite que resulte agradable y, se irá probando cada cierto tiempo con la emoción que tiene bloqueada. Llegará un momento que tolerará ese olor y podrá usarlo.
¿Cómo podemos usar los aceites esenciales para gestionar las emociones?
Una vez identificado el aceite esencial que se quiere usar, tenemos varias opciones:
- Llevar encima una ampolla pequeña con el aceite esencial e ir haciendo inhalaciones durante el día, hacerlo de forma consciente, concentrándose en el aroma que está entrando por nuestra nariz, no tanto en lo que es si no en lo que nos hace sentir.
- Llevar un colgante de aromaterapia. Ponemos unas gotas del aceite esencial en la esponja del colgante y lo iremos oliendo durante todo el día.
- Diluir el aceite esencial en aceite vegetal y aplicarlo por el cuerpo realizando un masaje suave. La mejor opción es hacerlo por la noche.
Lo ideal es hacer olfacciones y además aplicar en masaje el aceite esencial diluido, de esta forma potenciaremos los efectos.
Los aceites esenciales son una ayuda para gestionar las emociones, son una herramienta que nos ayuda a afrontarlas y hacerles frente, pero el trabajo lo tiene que hacer cada uno.