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Flavia Saavedra

Vengo de una familia que sufre de obesidad crónica, generación tras generación. De manera “inconsciente”, desde pequeña, mis elecciones a la hora de alimentarme eran diferentes al resto de mi familia, no solo en la cantidad sino también a la hora de escoger lo que había en el plato. Con 10 o 12 años sugería a mi madre que en lugar de cocinar frituras hiciera la misma comida al horno.
Parece ser que esto marco mi hoja de ruta, inicialmente de manera intuitiva. A lo largo de mi vida he realizado diferentes trabajos, no necesariamente vinculados a la nutrición, no obstante, esto siempre de manera natural realizaba aportaciones respecto a este tema. Os contare una pequeña anécdota al respecto:
¿Un día vino una clienta a una tienda en comida donde yo trabaja y me dijo:
– “Flavia hoy no me encuentro bien, que puedo hacer?”
Inmediatamente le dije, vé al médico, pero acto seguido me pregunté ¿porque ha recurrido a mí? Otro día me encontré en una situación similar, hasta que me di cuenta que me pasaba recomendando o hablando de alimentación consciente de forma natural. “Si ves que te sientes nerviosa tomando café, toma manzanilla. Escucha música relajante, haz yoga, practica con respiraciones profundas, haz ejercicio, come de forma mas saludable, bebe agua en lugar de refrescos… te paso una receta que aprendí…”
Todos esos conocimientos que yo ya poseía de forma desordenada por la pasión que desde muy joven despertaba en mi la nutrición necesitaban ser ordenados.
Por diferentes motivos tuve que postergar los estudios, hasta que un día pensé, si comencé a trabajar a los 9 años y puede terminar la ESO y el bachiller de noche en la escuela para adultos, trabajar e independizarme a la vez, ¿Porque no voy a poder estudiar ahora con dos hijos y todo lo que ello conlleva?…
Realice formaciones con Montse Bradford y con la chef Venu Sanz.
Pero el punto de inflexión sucedió cuando me inscribí en el centro Roger de lluría, obtuve un grado superior en dietética y nutrición con enfoque ecológico.
Y aquí estoy después de dos años después con deseos de seguir profundizando, a su vez de compartir todo lo aprendido. Mi deseo es plantar una semilla para que crezca en cada uno vosotros un pequeño cambio que os ayude a encontrar bienestar.
En la suma de estos pequeños cambios lograremos obtener una mayor calidad de vida y hábitos saludables que nos acompañaran para siempre.
El mensaje que me interesa transmitir es que: “sin un cambio de estilo de vida integral, no existe un verdadero cambio.
Las dietas son temporales y cuando acaban, podemos volver a nuestros hábitos anteriores, aquello que conocemos, aquello que nos resulta familiar. Los kilos vuelven, nos frustramos, nos deprimimos y todo vuelve a empezar”.
La idea no es centrarse en el peso sino en el equilibrio, la homeostasis = Salud.
¡Ojalá! Solo con la alimentación fuera suficiente para gozar de salud, debemos tener en cuenta que somo seres integrales, complejos y que hay muchos factores que intervienen en nuestra vida.
Escucharnos a nosotros mismos en mente, cuerpo y alma, es el primer paso para encontrar nuestro equilibrio.