Fatiga crónica: causas, síntomas y recomendaciones

La fatiga crónica es un estado de cansancio persistente e inexplicable que puede aparecer al realizar actividades físicas e incluso actividades cotidianas.

Fatiga crónica: causas, síntomas y recomendaciones
María Shpylchyn
Técnico de dietética con enfoque ecológico

Fatiga crónica: definición y conceptos generales

Veamos algunos conceptos generales sobre la fatiga crónica:

  • Fatiga es la sensación de agotamiento o dificultad para realizar actividades físicas o intelectuales cotidianas. La fatiga es un síntoma y por tanto, una sensación subjetiva que aprecia el individuo que puede ser expresada de diversas maneras, ya que se trata de una sensación subjetiva.
  • Esta afección también se conoce como «enfermedad sistémica por intolerancia al esfuerzo» o «encefalomielitis miálgica».
  • La fatiga crónica consiste en una sensación de cansancio persistente e inexplicable, tanto a pequeños esfuerzos físicos como mentales que resultan  claramente invalidantes y molestos para la persona.

A menudo se llegan a confundir la fatiga con la  disnea, la debilidad o con la sintomatología depresiva u otros trastornos del estado del ánimo debido al desaliento o decaimiento.

Veamos lo que es cada uno de estos problemas:

  • Disnea: Existe una clara sensación de dificultad respiratoria que no suele estar presente en la fatiga.
  • Debilidad: Pérdida de fuerza total o parcial para realizar una actividad, lo que suele estar relacionado con la función muscular.
  • Astenia: Es una condición que tiene los mismos síntomas que la fatiga; cansancio, fatiga, pérdida de fuerza o energía.Esta sensación se recupera después de un período de descanso.
  • Fatiga prolongada: Fatiga de duración superior a 1 mes.
  • Fatiga crónica: Si dura más de 6 meses.

Estados de la fatiga

Existen diferentes estados de la fatiga según su origen y duración:

  • Fatiga normal o fisiológica: Deviene después de un ejercicio físico o mental intenso y que siempre se recupera con el reposo o el cese de la actividad. En general, en la fatiga fisiológica la recuperación con reposo suele ser rápida. Algunas personas pueden presentar transitoriamente un grado mayor de fatiga a moderados esfuerzos o precisar un mayor tiempo de recuperación post ejercicio que otras, sin que ello suponga ninguna situación patológica, sino simplemente un mayor grado de fatigabilidad.
  • Fatiga reactiva: Se desencadena ante una determinada situación, por ejemplo: estrés o de privación de sueño. Mejora cuando la causa que lo ha desencadenado desaparece o disminuye.
  • Fatiga patológica: Persiste pesar cesar la actividad que la ha originado y no mejora con el reposo. Esta fatiga patológica no es superable con esfuerzo o voluntad, es decir, que aunque el paciente quiera se ve impotente para mantener una actividad física o mental continuada. Además, suele tener una clara repercusión sobre las actividades de la vida diaria.

¿Cuáles son los síntomas de la fatiga crónica?

Sus síntomas son muy impredecibles, pueden aparecer y desaparecer. Pueden cambiar con el tiempo. A veces pueden mejorar y otras veces, empeorar.

Estos son algunos de esos síntomas:

  • Fatiga severa que no mejora con el descanso.
  • Trastornos del sueño (sensación de cansancio al despertar).
  • Dificultad para concentrarse y pérdida de memoria..
  • Dolor de cabeza.
  • Mareos.
  • Frecuentes mialgias y poliartralgias sin signos inflamatorios.
  • Trastornos del estado de ánimo (depresión, ansiedad, irritabilidad) así como los del tipo neurovegetativo como lipotimias, síncopes, hipotensión ortostática, distermia y sudación excesiva.
  • Dolor en las articulaciones y músculos.
  • Hormigueo que afecta sobre todo las manos.
  • Trastornos digestivos.
  • Dolor de garganta.
  • Dolor en los ganglios linfáticos.

¿Y sus causas?

Aunque no se conoce aún la causa de la fatiga crónica, se está investigando activamente. Se piensa que esta enfermedad puede estar provocada por una combinación de factores físicos y psicológicos, entre los que se encuentran las infecciones virales o bacterianas, vivencias negativas o traumáticas recientes, estrés mental, depresión o deficiencias nutricionales.

Con frecuencia se pueden recoger desencadenantes agudos de tipo infeccioso, aunque también hay desencadenantes de origen tóxico, ambiental o psicológico. También se ha intentado asociar sin éxito, a agentes infecciosos como los virus: virus de Epstein * Barr, retrovirus, virus del herpes tipo 6, enterovirus, coxsackie B y otros sin resultados concluyentes.

Diagnóstico

No hay una prueba específica para diagnosticar el síndrome de fatiga crónica.

El diagnóstico es básicamente clínico, ya que no existe ningún marcador analítico o morfológico específico. Es un profesional médico quien lo hace en base a los síntomas, la historia clínica, la exploración física y las pruebas de laboratorio, técnicas de imagen y valoración psiquiátrica, dependiendo de cada caso, con el fin de excluir otras causas y enfermedades que también dan síntomas parecidos y poder descartarlas.

Como pueden ser: anemia, hipotiroidismo, insuficiencia suprarrenal, fibromialgia, enfermedades autoinmunes sistémicas, vasculitis, infecciones crónicas (VIH, tuberculosis, brucelosis), miopatías estructurales, miastenia y esclerosis múltiple

Tratamiento

No hay ningún tratamiento en concreto capaz de curar el síndrome de fatiga crónica. Hasta ahora, lo que se puede hacer, es mejorar los síntomas de la enfermedad para poder disfrutar de una calidad de vida mejor, con las menores limitaciones posibles en las actividades de la vida diaria.

Los objetivos básicos del tratamiento van dirigidos a reducir los grados de fatiga, la intensidad del dolor y mejorar la actividad y la adaptación de estos pacientes en su vida cotidiana.

Estos pueden ser:

  • Fármacos (analgésicos, antidepresivos, medicamentos para la ansiedad).
  • Ejercicio físico adaptado.
  • Apoyo psicológico.
  • Técnicas de relajación.
  • Evitar el estrés tanto físico como emocional.

Epidemiología

  • Se convierten entre un 1 y un 10% de la población general.
  • En España la prevalencia es desconocida, porque no existen estudios epidemiológicos puedan ofrecer esta información. Pero, en estudios epidemiológicos poblacionales se ha visto que la prevalencia de esta enfermedad es bastante uniforme y oscila entre el 1% y el 1 por mil adultos de la población general. Con estas cifras, se calcula que existirían en Cataluña entre 2.000 y 13.500 casos y en España entre 15.000 y 90.000 casos, muchos de los cuales no estarían aún diagnosticados.
  • Afecta a personas entre 20-40 años de edad, con un predominio tres veces superior en mujeres que en hombres.

Recomendaciones generales para la fatiga crónica

Algunas de las recomendaciones básicas para sobrellevar la fatiga crónica son las siguientes:

  • Pactar con la enfermedad y adaptación a la nueva situación.
  • Incrementar lentamente de manera progresiva las actividades diarias.
  • Evitar el descanso excesivo y el aislamiento social.
  • No se deben aprovechar los días que uno se encuentra mejor, para realizar sobreesfuerzos.
  • Reorganizar y modificar expectativas previas, comprometerse con el futuro y no anclarse en el pasado.
  • Evitar el sentimiento de frustración / culpabilidad.
  • Evaluar cada nuevo síntoma o deterioro funcional.
  • Balance dietético y nutricional adecuado.
  • Control de la sintomatología.
  • Fármacos para disminuir el dolor.
  • Tratamiento local sobre puntos dolorosos: aplicación de calor, frío.
  • Programas de ejercicios para mejorar la capacidad cardiovascular. Técnicas de relajación para aliviar la tensión muscular y la ansiedad.
  • Programas educativos que ayuden a comprender y controlar el dolor (terapia cognitivo conductual).
  • Con la que se ha demostrado evidencia científica.

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