¿Qué es el Empoderamiento?

A lo largo de este artículo, me voy a referir a la condición individual del empoderamiento, que es la que se está utilizando en coaching.

¿Qué es el Empoderamiento?
Valeria Joaniquet
Diplomada en aromaterapia emocional. Formada en trabajo con los sueños, varios sistemas florales y Reiki. Sanación vibracional con sonido, voz y otros.

¿Qué es el Empoderamiento?

Últimamente se escucha y se lee mucho «empoderarse» o «empoderamiento», pero ¿qué significa esta palabra?

Si se consulta el diccionario de castellano (Real Academia Española de la Lengua), aparece la siguiente definición:

Empoderar (Del inglés empower): «hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social desfavorecido».
Otra definición (Wikipedia): «conceder poder a un colectivo desfavorecido socio-económicamente para que mediante su autogestión mejore sus condiciones de vida».

A lo largo de este artículo, me voy a referir a la condición individual del empoderamiento, que es la que se está utilizando en coaching o en ámbitos terapéuticos.
Definiendo el término sencilla y básicamente según este último enfoque, el empoderamiento, sería conectar con nuestro poder personal para vivir desde la autenticidad, estructurando nuestros límites personal y profesionalmente, y elaborando nuestras metas a corto y largo plazo, de cara a conseguir la mayor autonomía posible en todos los ámbitos de la vida. Casi nada…

Conectar con nuestro poder personal o «empoderarse»

Existe la idea generalizada de que el poder tiene que ver con dinero, posición social y profesional, un carácter fuerte, etc.

También se considera el poder como algo peyorativo, asociado al abuso o con connotaciones dañinas. Aunque en cierto modo hay factores que lo refuerzan, el empoderamiento tiene que ver con algo distinto: el poder sentido desde el interior, al margen de la situación externa. Para eso no es necesaria ninguna de las condiciones mencionadas anteriormente, aunque ayuden. En todo caso, puede que existan porque la persona YA se siente poderosa como tal, y eso atrajo circunstancias favorables.

El poder personal proviene y se alimenta a partes iguales de una responsabilidad equilibrada, elecciones conscientes y auto respeto: valorar lo que somos (con opción a mejorar siempre, por supuesto), permaneciendo por encima de críticas y ataques tóxicos, y al mismo tiempo, abierta/o a las sugerencias o aportaciones constructivas. Reaccionar con susceptibilidad y/o culpa ante comentarios de los demás, o estar siempre haciendo lo que se espera de nosotras/os, nos debilita enormemente.

Vivir desde la autenticidad

Sería casi una consecuencia de sentirse «empoderada/o», y no una condición para ello: ser coherente con quién se es y con las ideas propias, mostrándose confiada/o y segura/o en cualquier situación.

Estructurar nuestros límites

Se trata de tener muy claro qué es lo que estamos dispuestos a permitir a los demás, y hasta dónde les dejamos entrar en nuestro espacio personal. No me refiero sólo a relaciones muy próximas, sino en general.

En teoría parece fácil y no lo es tanto, ya que si se proviene de una familia donde el maltrato verbal y psicológico era habitual, se permiten agresiones porque no se perciben como tales. En este caso la persona estaría tan acostumbrada, que si no hace un trabajo de toma de conciencia en ese sentido, seguramente se va a ver expuesta a situaciones donde constantemente se la invada, se la invalide o no se la tenga en cuenta.

Lograr autonomía

Esto sería por definición lo que tiene que ver con el empoderamiento como tal, y el resultado final que se aspira a conseguir, tanto por un colectivo como a nivel individual.

Como personas lo más importante es que seamos autónomas, no sólo a nivel material, cosa necesaria por otra parte, sino también a nivel emocional. Es decir: no crear dependencias de ningún tipo: ni sentimentales ni materiales. Y para ello es necesario encontrar recursos internos, además de cuidarse físicamente, ya que cuanta más salud tengamos, más improbable será que acabemos siendo dependientes de otros.

Es evidente que no todo se puede controlar, pero aún si nos falla cualquier aspecto vital, la persona que siente ese poder interior, lo vive de modo muy distinto a quién se siente víctima de sus circunstancias.

Empoderarse no es ser egoísta ni mandar sobre los demás, sino tener auto dominio sobre ciertas tendencias que pueden resultar destructivas, cuidarse en todos los aspectos, y ser la/el primera/o en proporcionarse el merecido respeto. De esta actitud derivan el éxito y el bienestar personal.

La grandísima enemiga del empoderamiento es una emoción frecuente: LA CULPA interiorizada. Sentir culpa nos lleva a estar a merced de los demás y a que sea muy complicado, por no decir imposible, poner ciertos límites y respetarse como individuo.

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