Disruptores endocrinos: qué son y dónde se encuentran

¿Qué son los disruptores endocrinos y cómo pueden interferir en el sistema de comunicación del sistema endocrino llegando a causar problemas de salud?

Disruptores endocrinos: qué son y dónde se encuentran
Teresa Corellano
Técnica superior en dietética, PNIc, Bióloga

El sistema endocrino

El sistema endocrino es uno de los sistemas que tiene el organismo para comunicarse. Las glándulas endocrinas son las glándulas que segregan hormonas, unas moléculas que se liberan a la sangre circulando por ella hasta llegar al órgano diana, es decir, al órgano al cual deben llevar la información. Ahí, la hormona se unirá a su receptor específico y esta unión tendrá como consecuencia la expresión de algunos genes y la síntesis de proteínas, cosa que desencadenará una serie de acciones,

Cada hormona envía un mensaje genérico, así los estrógenos son los encargados de llevar la orden de proliferación, la insulina es la encargada de decir, “aquí hay energía”, la adrenalina sirve para dirigir toda la energía y poner todos los sistemas alerta para defenderse ante una agresión.

Así forman parte del sistema endocrino segregando hormonas: la hipófisis, hipotálamo, glándula pineal, tiroides y paratiroides, timo, el hígado, suprarrenales, riñón, testículos, ovarios, útero placenta, páncreas, y estómago.

Y son hormonas las tiroideas TSH, T4 y T3, la calcitonina, la gastrina, la histamina, la melatonina, la oxitocina, la vasopresina, dopamina, insulina, glucagón, andrógenos, estrógenos., prolactina…

El sistema de funcionamiento endocrino es tan fino que las cantidades de hormona necesarias para ejecutar su acción son muy pequeñas.

¿Qué son los disruptores endocrinos?

Los disruptores endocrinos son sustancias químicas que interfieren en este complejo sistema de comunicación, impidiendo su correcto funcionamiento, imposibilitando una buena regulación del desarrollo embrionario y fetal y que tiene, por lo tanto, efectos adversos sobre la salud del organismo o su descendencia.

Es fácil de comprender entonces que, si nuestro cuerpo entra en contacto con alguna de estas sustancias que, por ejemplo, tiene capacidad de unirse al receptor de una hormona, se activarán una serie de acciones que nada tendrán que ver con la necesidad del momento del cuerpo. Es como si un espía difundiera información falsa y para provocar una reacción que no se corresponderá a la situación real.

 La disrupción endocrina está en la génesis de muchas enfermedades

  • Afecta a la salud reproductiva de la mujer, provocando algunos tipos de cáncer como el de mama, pubertad precoz, y disminución de la fertilidad
  • Afecta a la salud reproductiva del hombre, provocando malformaciones en los genitales, cáncer de próstata y testículo, disminuyendo la calidad del semen y por tanto la fertilidad
  • Provoca trastornos del metabolismo, como obesidad, diabetes, hipotiroidismo.
  • Causa problemas cardiovasculares.
  • Es responsable de alteraciones y enfermedades neurológicas: perturbaciones del desarrollo neurológico y alteraciones conductuales, como TDA (Trastorno de Déficit de Atención) hiperactividad, autismo, etc. y enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson

¿Cuál es el origen de los disruptores endocrinos?

Desde que en febrero de 1907 se patentó la baquelita, la creación de materiales sintéticos no ha cesado. La segunda guerra mundial sirvió como propulsor de la creación de multitud de materiales. De ahí surgieron el caucho sintético, el nylon y el poliéster. En el año 2000 íbamos por los cerca de ciento once mil compuestos químicos registrados creados por el hombre. La agencia estadounidense de medio ambiente registra anualmente unos 1000 nuevos compuestos.

A partir de 1991, momento en el que se comenzó a utilizar el término disruptor endocrino, se empezaron a poner en marcha estudios para poder relacionar la exposición a algunos de estos nuevos materiales presentes ya sea en el agua, los alimentos, el aire o en los productos de consumo, con el incremento de alteraciones en diferentes especies animales, incluida la humana.

Resulta que muchas de estas moléculas creadas por el hombre, a menudo a partir del petróleo para cubrir las necesidades de la vida moderna y que están presentes en cada momento de nuestras vidas, tienen la característica de poder interferir el equilibrio hormonal.

Esto quiere decir que los productos químicos se formularon como solución a algún problema, y que su capacidad para producir problemas en el sistema endocrino es un mal colateral, que hemos ignorado durante demasiado tiempo.

¿Dónde se encuentran los disruptores endocrinos?

Con sólo hacer un pequeño ejercicio de observación, estemos en el lugar que estemos, verificaremos que estamos rodeados de materiales creados artificialmente por el hombre, es decir que no se obtienen  de la naturaleza: la mesa sobre la que escribo es de madera, pero protegida por un barniz sintético, la suela de mis zapatos es de goma, los cables que llevan la electricidad a la bombilla están recubiertos de un material que los hace menos susceptibles a incendiarse, lo mismo que la alfombra, la comida precocinada está en una bandeja de material plástico. Lo excepcional es encontrar los mismos materiales con los que se rodeaban nuestros bisabuelos, todos de origen natural.

No todos los materiales creados por el hombre tienen efecto sobre el sistema endocrino, pero a pesar de todo, la lista de los disruptores endocrinos es larga y su distribución extensa.

El informe del 2012 del PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente) y la OMS afirma que se sabe o se sospecha que cerca de ochocientas sustancias químicas tienen capacidad para interferir con los receptores hormonales, la síntesis hormonal o la conversión hormonal.

Los disruptores endocrinos están presentes en :

  • En nuestras casas, las tapicerías, las moquetas y las espumas de los colchones, están tratados con organobromados. Los utensilios de cocina tienen recubrimientos de PFAS, PFOA y PFA como antiadherentes. Los aislantes térmicos de tejados y fachadas pueden ser de organobromados. También en las pinturas y barnices de las paredes y en los muebles.
  • El cableado eléctrico lleva retardantes del fuego (organobromados y organofosforados), también los circuitos eléctricos y electrónicos
  • Podemos encontrar bisfenoles en los juguetes de los niños, en los tiquets de compra del súper, en chupetes de bebés, en las latas que contienen alimentos, en material médico, en los composites que usa el dentista, en los textiles, en las botellas de agua.
  • Los cosméticos y productos de higiene personal pueden contener parabenos, ftalatos, benzoquinonas, oxicinamatos y derivados del silicio (siliconas).
  • Algunos aditivos alimentarios son derivados del silicio con actividad endocrina, como el E-321 y el E 320, usados como antioxidantes. También el E-900 usado como antiespumante y agente de recubrimiento es disruptor. Además, los alimentos arrastran los pesticidas de uso agrícola
  • Algunos detergentes y productos de limpieza también llevan en su formulación disruptores, como el nonilfenol.
  • Los organoclorados, organofosforados, ditiocarbamatos, son ampliamente utilizados en nuestros campos como insecticidas, fungicidas.

En fin, no hay actividad cotidiana en la que no estén presentes los disruptores endocrinos

Algunos de estos materiales empezaron a usarse en la segunda guerra mundial y como hemos visto, los estudios de estos productos en relación con lo que podían hacer a nuestro sistema endocrino no se empezaron a hacer hasta 1991.

Todo este tiempo los seres vivos hemos estado expuestos a la acción de algunos de estos productos de forma inadvertida.

A partir de 1991 se iniciaron los estudios, sin embargo, la exposición no se ha reducido, sino que se ha incrementado.

Más características de los disruptores endocrinos

Como vemos estamos rodeados de disruptores endocrino, de manera que estamos expuestos simultáneamente a muchas de ellas, casi siempre sin ser conscientes. Y este es uno de los problemas cuando llega el momento de legislar sobre ellas, ya que la tradición toxicológica estudia los efectos de los sustancias de una en una, y no tiene en cuenta este efecto cóctel también llamado efecto mezcla, es decir, que la exposición a una combinación de alteradores endocrinos puede producir un efecto adverso en concentraciones para las que, por separado, no se han observado efectos

Otro inconveniente es que el sistema endocrino se activa por dosis muy pequeñas, a menudo por debajo de los niveles determinados como seguros por las organizaciones de salud. De hecho, se considera que no existe dosis segura cuando se trata de disruptores endocrinos.

Y para rematar, muchos de los disruptores endocrinos son persistentes, de difícil o muy difícil eliminación del organismo y del medio. Para hacernos una idea, el DDT, un pesticida organoclorado prohibido desde hace 30 años, sigue encontrándose en el medio ambiente y en tejido graso. Al no ser fácilmente eliminables, se acumulan en el organismo a lo largo de la vida del mismo.

Ciudadanos desprotegidos

La Comisión Europea adquirió en 2012 el compromiso de crear un programa de ensayo para la clasificación de las sustancias químicas como disruptores endocrinos y medidas de para proteger a la población de la exposición a los disruptores endocrinos. El retraso de la Comisión es tan exagerado que Suecia demandó a la Comisión ante el Tribunal de Estrasburgo, iniciativa a la que se sumaron Dinamarca, Francia y Holanda. La sentencia de la corte sentenció a la Comisión por dejación de sus funciones. Ante la falta de acción, estos países dictaron sus propias normas para proteger a sus ciudadanos.

En abril de 2019 el Parlamento Europeo aprobó una nueva resolución en la que se critica la dejadez en el establecimiento de una política que proteja a los ciudadanos del daño causado por los disruptores endocrinos.

Hasta el momento la Comisión sigue sin adoptar las medidas necesarias para garantizar un nivel elevado de protección de la salud humana y del medio ambiente frente a los disruptores endocrinos. Por eso es necesario que como ciudadanos exijamos tanto los estamentos europeos como a los nacionales a que tomen cartas en el asunto y legislen convenientemente a fin de proteger la salud de la población.

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