Digestiones pesadas, qué las produce y cómo evitarlas

Las causas de las digestiones pesadas son varias, identificar los síntomas ayudará a realizar cambios en los hábitos de alimentación para mejorarlas.

Digestiones pesadas, qué las produce y cómo evitarlas
Sarai Mir Fuentes
Aromaterapia, reflexología podal y holística, plantas medicinales, dietista, cosmética natural y ecológica.

¿Qué es una digestión pesada?

Las digestiones pesadas suelen aparecer por haber comido demasiado, o comer alimentos fuertes para nuestro sistema digestivo, incluso puede ser que algún órgano (estómago, hígado-vesícula o intestinos) esté un poco débil y no funcione al 100%.

Los síntomas habituales de una digestión pesada suelen ser:

  • Boca pastosa o sabor amargo.
  • Digestión lenta, pasan horas y todavía tenemos la comida en la garganta.
  • Inflamación abdominal después de comer.
  • En ocasiones dolor en la boca del estómago.
  • Gases y flatulencias.
  • Diarrea o estreñimiento.

¿Qué debemos hacer ante las digestiones pesadas?

Dependiendo de los síntomas o molestias que tengamos lo recomendable es acudir al médico para descartar intolerancias, alergias o cualquier otra enfermedad. Descartado este punto, habrá que prestar atención a los alimentos que comemos.

No todo el mundo tiene la misma capacidad digestiva ni tolera de la misma manera los alimentos, así que es importante conocer nuestro cuerpo: ¿qué alimentos me sientan mal o me provocan debilidad/cansancio después de ingerirlos? Sabiendo esto podemos optar por diferentes tipos de alimentos o hábitos de alimentación.

  • Si las digestiones pesadas aparecen con cualquier alimento o no podemos identificar claramente con que alimento y, en las heces se pueden distinguir trozos de alimentos, es probable que se deba a que tenemos poco ácido clorhídrico en el estómago. El ácido clorhídrico es importante ya que ayuda en la digestión hidratos de carbono y proteínas, pero además ayuda a mantener un medio lo más aséptico posible para protegernos de organismos patógenos. Debemos optar por tomar alimentos que estimulan el ácido clorhídrico como cítricos (tomar dos dedos de zumo de cítricos antes de comer o medio vaso de zumo de mandarina, también sirven kiwi y pomelo). Infusiones de jengibre antes de comer también lo favorecen.
  • Si las digestiones pesadas aparecen al ingerir grasas y las heces flotan y tienen coloración amarilla o marrón claro, es probable que se deba a debilidad hepática o biliar. Debemos evitar comidas abundantes, no pasarse con las grasas y que sean siempre de buena calidad (AOVE, aguacate, frutos secos). Potenciar las salsas digestivas (vinagretas, aceite con cayena, ajo) y tomar infusiones de hierbas hepáticas: boldo, desmonium, cardo, diente de león.

En ambos casos y para las digestiones pesadas en general es aconsejable añadir en la dieta verduras cocinadas (horno, vapor, escaldado), arroz, lentejas, azukis o hummus con umeboshi, trigo sarraceno, pescado y especias que favorezcan las digestiones: cúrcuma, curry, romero, hinojo, anís verde o estrellado, pimienta, cayena, laurel.

Recomendaciones generales para evitar digestiones pesadas

De entrada, hay una serie de recomendaciones generales que probablemente hemos oído, pero no sabemos bien el porqué de ellas:

  • No beber mucha agua en las comidas: si llenamos el estómago de agua mientras comemos lo encharcamos y diluimos el ácido clorhídrico. Como resultado, los alimentos tardan más en digerirse o no los aprovechamos bien.
  • No tomar en la misma comida hidratos de carbono refinados y proteínas (pollo y arroz). Son combinaciones que fermentan con facilidad en nuestro sistema digestivo.
  • No tomar frutas de postre o al menos no crudas. Se puede optar por fruta cocinada: manzanas al horno, salteado de frutas con aceite de coco. Si no puedes resistirte a la fruta de postre, mejor decantarse por piña o papaya, ya que ambas son ricas en unas enzimas que ayudan a digerir mejor las proteínas.
  • Bebidas gaseosas: lo ideal es reducirlas al máximo ya que disuelven el acido clorhídrico del estómago, por tanto, reducimos nuestra capacidad de digestión.
  • Infusiones jengibre: se pueden tomar antes de comer o después a modo de postre. El jengibre estimula el ácido clorhídrico y además tiene propiedades antiinflamatorias.
  • Masticar bien: parece un tópico, pero es bastante más importante de lo que pensamos. Las razones: al masticar estamos activando todos los procesos de la digestión (favorecen movimientos de estómago y otros órganos del sistema digestivo para digerir la comida) y, por otro lado, al masticar segregamos algunas enzimas que empiezan a pre-digerir los alimentos cuando están en la boca facilitando así su digestión en el estómago.

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