
Características de los aceites esenciales
Un aceite esencial es un producto aromático que se extrae de las Plantas Aromáticas y Medicinales PAM por la técnica de arrastre de vapor (y en el caso de los cítricos por expresión de su cáscara).
Es muy concentrado, aromático, no graso, insoluble en agua y volátil. Está última característica es la que permite que al destapar un frasco que lo contenga podemos percibir su aroma. Y es la que empleamos en los difusores de aceites esenciales para aromatizar el aire de la habitaciones y recibir los beneficios de este producto.
La característica volátil es la que para la difusión más nos interesa. Defino la volatilidad como el paso de una sustancia líquida a gas en condiciones de temperatura ambiente. Si aumentamos la temperatura entonces la volatilidad también aumenta. En el caso de los aceites esenciales, lo que nos interesa es que puedan dispersarse en el aire con mayor rapidez y que puedan alcanzar espacios más amplios.
¿Que son los difusores?
Un difusor de aceites esenciales en el sentido que empleamos en Aromaterapia es un elemento que nos ayuda mediante el calor tradicional y normalmente a partir de una vela de té a dispersar con mayor efectividad los aceites esenciales. Para generar calor también pueden emplearse foco (a esto se le llaman difusores eléctricos).
Existen difusores de aceites esenciales ultrasónicos o en frío, que ya se trataron en otro artículo.
También es posible emplear aceites esenciales desde un simple pañuelo o algodón dejado al aire libre hasta joyas especialmente diseñadas para ser empleadas de manera individual, pasando por un sinfín de aditamentos que liberan los aceites esenciales al aire.
¿Como se emplean los Difusores de Aceites Esenciales?
El aceite esencial se agrega a un recipiente con agua caliente, ya que si se exponen al fuego directo muy probablemente se quemen con lo cual las propiedades terapéuticas se pierden.
El difusor de vela y el eléctrico aumentan la temperatura del agua donde se colocan los aceites esenciales de tal manera que aunque estos, son insolubles en agua, son «transportados» por el vapor de agua que se eleva desde el recipiente donde están contenidos. Es importante aquí decir que la fuente de calor NO debe hacer hervir el agua. La temperatura debe ser solo suficiente para que permita la volatilidad de los aceites esenciales y la evaporación del agua de manera suave.
En todo caso los aceites esenciales deben «liberarse» del frasco para que conquisten el aire… Y más allá.
Los difusores de aceites esenciales, permiten emplear solo un aceite esencial o bien una mezcla de ellos. Algunos sin embargo deben ser empleados con cuidado: Jengibre, tomillo, menta, canela, romero pueden ser muy irritantes tanto a la piel expuesta como por ejemplo la piel facial o bien las delicadas mucosas del tracto respiratorio.
Se considera seguro agregar desde 5 gotas hasta 12-15 gotas de aceites esenciales puros o bien mezclados para hacer una sinergia que eleva sus propiedades terapéuticas.
¿Para que sirven terapéuticamente?
Los difusores de aceites esenciales, sirven básicamente para:
- Para liberar los aromas de los aceites esenciales en el aire y desde ahí percibirse de manera placentera. Esta técnica es muy adecuada para modular las respuestas de placer de las personas que reciben sus aromas. Es adecuado para ambientar los espacios comunes e individuales e impactar por ejemplo en casos de insomnio, estrés, ansiedad, miedo, intranquilidad. Los aceites esenciales adecuados por ejemplo son: de Lavanda, sándalo, amaro, mejorana, limón, mandarina, cedro, geranio, litsea, etc.
- Para lograr ambientes limpios ya que TODOS los aceites esenciales tienen propiedades limpiadoras, antisépticas, del aire. Esto es muy adecuado para impactar un sistema respiratorio que sufre por ejemplo infecciones del tracto respiratorio como en gripes, resfriados, amigdalitis, sinusitis. Los aceites esenciales adecuados para este fin son: menta, romero, ravensara, eucalipto, tomillo, etc.
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