Desayunos macrobióticos, conoce sus beneficios

Los desayunos macrobióticos pueden ser una opción simple, saludable y estupenda para empezar el día con vitalidad.

Desayunos macrobióticos, conoce sus beneficios
Sergi Montané
Cocinero gourmet y continental, dietista y nutricionista, yogui, deportes de montaña y estilo de vida saludable. Amante de los animales de compañía.

¿Qué es la macrobiótica?

Viene del griego. Significa gran vida o larga vida y su inventor fue George Ohsawa (1893-1966).
Vamos a conocer que tipo de alimentos forman parte de la dieta macrobiótica y nos vamos a centrar, sobre todo, en algunos consejos para preparar desayunos macrobióticos.

Pensar en positivo:
Nos ayudará a adaptarnos mejor a los nuevos desayunos macrobióticos.
Y, en vez de pensar no puedo comer esto o aquello, podemos optar en contemplar las nuevas alternativas de alimentos que se presentan en nuestra vida.

Gratitud:
Agradecer a las circunstancias de la vida por haber traído dichos alimentos a nuestros platos.
Piensa en cuanta gente y en cuántos fenómenos han tenido que suceder para que la comida llegue a nuestras manos.
Esto se llama interdependencia. Todos dependemos los unos de los otros.

Una dieta equilibrada

La macrobiótica aboga por una dieta equilibrada y, como otras dietas, da especial importancia a los desayunos. Vamos a conocer en que se alimentos se basa esta dieta que llega a convertirse en una filosofía de vida.
A base de:

  • Cereales integrales.
  • Productos naturales de cultivo ecológico (en la medida de lo posible).
  • Verduras y frutas de temporada.
  • A poder ser de proximidad.
  • Frutos secos y semillas.
  • Algas.
  • Proteína de origen vegetal.

En armonía con:

  • Las estaciones.
  • El clima.
  • Otros factores ambientales.

¿En qué se basa?

  • Aplicar los principios del yin y yang: equilibrio, armonía y cambio
  • Anima a tomar responsabilidades para con nuestra salud, bienestar y felicidad; armonizándonos con el cosmos y la naturaleza.
    (Es muy importante ser consciente de esto, ya que es una tendencia común, el querer buscar la felicidad en los otros, en objetos o lejos de nuestros alrededores. Al fin y al cabo, está en nuestras manos el poder decidir y forjar nuestra propia felicidad a través de nuestros pensamientos, acciones y relaciones con el mundo y los demás).
  • Crear buenos hábitos alimentarios.
  • Escoger opciones saludables.
  • Estilo de vida que nutre el espíritu, y no solo el cuerpo.
  • Provee al cuerpo y a las células de los micronutrientes esenciales para un óptimo rendimiento, y evita la acumulación innecesaria de toxinas.

¿Por que desayunar?

Los desayunos macrobióticos correctos promueven la energía para despertarnos, activan el metabolismo y nos preparna para separarnos de nuestras familias y afrontar el mundo real (trabajo, escuela, actividad física…).

Piensa en los pájaros cuándo abandonan el nido para ir a buscar comida para los polluelos.

Si el desayuno es de esta calidad, la energía que obtendremos va a estar en armonía con la naturaleza de las cosas, y vamos a poder desarrollar nuestras tareas con facilidad.

Toma tu tiempo para desayunar y haz algo después, antes de empezar a trabajar
¿A que es odioso levantarse escopeteado, sin desayunar e ir directamente a trabajar?
Cambiar este hábito puede ser muy beneficioso para ser más productivo y creativo.
También te dará la oportunidad de ir más relajado a lo largo del día.

Si trabajas desde casa, después de desayunar haz alguna cosa antes de lanzarte de pleno al trabajo. Esto te permitirá ser más creativo y mantener la motivación más alta a lo largo de la jornada.

Alimentos típicos macrobióticos

  • Miso (para sazonar sopas y hacer vinagretas, mezclándolo con vinagre de ume o con otro tipo de vinagre).
  • Tamari o salsa de soja (para sazonar y hacer vinagretas).
  • Umeboshi (para sazonar bolas de arroz, tradicionalmente, u otros cereales; o para tomar al principio de las comidas para facilitar las digestiones).
  • Vinagre de umeboshi (para aliñar verduras o ensaladas o para beber después de las comidas).
  • Gomasio (para sazonar ensaladas, sopas o salteados).
  • Kuzu (para espesar sopas y caldos, para hornear, para tratar resfriados).
  • Algas (para sopas, salteados, guisos, ensaladas, batidos…).
  • Raíz de loto (se puede conseguir en polvo. Muy recomendable para curar resfriados y para tratar la debilidad y el cansancio).
  • Melaza de arroz (para endulzar nuestras preparaciones).
  • Té verde (bancha o kukicha).
  • Legumbres (azuki).
  • Tempeh o seitan (como fuentes de proteína vegetal).

Desayunos macrobióticos para las diferentes estaciones del año

Dependiendo de la estación del año, podemos optar entre desayunos:

  • Salados.
  • Dulces.
  • Líquidos.
  • Secos.

Desayunos macrobióticos para el invierno
Desayunos con más liquido (para ayudar a los riñones a trabajar mejor).

Ejemplos:

  • Sopas de miso. Cortar los vegetales en pedazos grandes y cocer a fuego lento durante unos 15 minutos.
  • Porridges de diferentes cereales integrales (mijo, avena, centeno, arroz integral, espelta…).
  • Porridge de mijo, con ciruelas y wakame. Una taza de té verde kukicha o bancha. Apio al vapor con zanahoria y vinagre de umeboshi y gomasio.
  • Sopa de calabaza con azuki y wakame. Una taza té verde kukicha.
  • Sopa de miso con fideos de trigo Sarraceno (soba) con, tofu y wakame. Una taza té verde kukicha o bancha.

Desayunos macrobióticos para el verano
Desayunos más secos. Si incluimos vegetales, pueden ser crudos, o salteados con agua o hechos al vapor ligeramente. Los cortes en este caso tienen que ser más delgados y finos, tipo juliana.

Ejemplos:

  • Tostadas de pan integral (a poder ser sin levadura y hechos con masa madre).
  • Salteados de cereales y verduras (arroz integral, quinoa, espelta…).
  • Galletas de arroz.
  • Galettes (crepes de trigo sarraceno).
  • Smoothies o jugos de frutas y verduras con algas para acompañar alguna de las anteriores opciones.
  • Tostadas de pan integral hecho sin levadura y masa madre o galletas de arroz, con hummus de remolacha, y pipas de calabaza. Una taza de té verde kukicha o bancha. Un bol de caldo de vegetales (zanahoria, apio nabo, wakame, y jengibre) con miso.
  • Galletas de avena y nori. Una taza de té verde kukicha o bancha. Zanahoria y nabo al vapor aderezado con vinagre de umeboshi y miso.
  • Arroz integral cocido con leche de almendras y canela. Batido de aguacate, melón y espinacas con espirulina.
  • Sushi de arroz integral con aguacate, cebolla tierna y zanahoria. Una taza té verde kukicha o bancha. Un bol de sopa de miso (nabo, zanahoria y col).
  • Galettes (crepes de trigo sarraceno) con tahini y sirope de arce o melaza de arroz integral. Una taza té verde kukicha o bancha. Compota de pera y manzana con jengibre y canela.

¿Y el resto del año?

Otoño es la estación para fortalecer el sistema inmunitario. Podemos usar las mismas recetas del invierno.

Incluir en la dieta a menudo:

  • Jengibre.
  • Ajo.
  • Cebolla.
  • Shitake.

Primavera es la estación del año que dedicamos a depurar el hígado. Podemos usar recetas del verano.

Incluir en la dieta a menudo:

  • Zumo de limón.
  • Ajo.
  • Alcachofas.
  • Infusiones depuradoras (con romero, rábano negro, alcachofa…).

Bibliografía recomendada: The Complete Macrobiotic Diet: 7 Steps to Feel Fabulous, Look Vibrant, and Think Clearly. (Denny Waxman).

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