Del odio al amor, más cerca de lo que creemos

Del odio al amor, o al revés del amor al odio, dicen que solo hay un pequeño trayecto, que estos dos sentimientos están muy cercanos.

Del odio al amor, más cerca de lo que creemos
Beatriz Lores
Doctora en Biología, especializada en Promoción de la Salud y Medicina Natural.

¿Qué es el odio?

El odio es una emoción negativa, es la carencia de empatía y profundo rechazo hacia algo o alguien, así como desear el mal al objeto o sujeto odiado.

Causas del odio

Según Charles Darwin las raíces biológicas del odio están en la propia venganza y defensa de los intereses.

Erich Fromm desde el punto de vista de la Psicología coincide con Darwin: «el odio surge como una respuesta a la amenaza (de algo o de alguien) a los intereses más vitales de un ser humano».

Finalmente, Isaiah Berlin, famoso como historiador de las ideas, afirmaba que el origen de la xenofobia y el nacionalismo estarían  en el sentimiento de humillación que pueden sentir un grupo de personas a causa de otro.
Por lo tanto, parece que la capacidad de odiar fuera parte intrínseca de la naturaleza humana que, se alimenta de sus principales miedos y de sus pulsiones más primitivas.
Vamos a conocer como del odio al amor no hay una distancia demasiado larga, que no son emociones diferentes si no, tal vez, las dos caras de una misma moneda.

¿Qué podemos hacer para vivir sin odio?

Si el odio está siempre presente en el ser humano, ¿cómo podemos hacer para evitarlo?.

Si odias a alguien estás creando un odio hacia ti en el corazón de la otra persona. El odio existe con el pasado y ante el miedo al futuro. El amor no precisa pasado ni futuro. El amor solamente existe en el presente.

Todos (cristianos, musulmanes, hindúes) hemos sido condicionados para odiarnos a nosotros mismos. Se nos ha enseñado desde niños que amarnos a nosotros mismos es pecado, algo malo. El mensaje que recibimos es: «Ama a los demás, pero no a ti mismo».

Sin embargo, como afirma OSHO*, odiarse a uno mismo y amar a los demás es absurdo, es pedir un imposible. Nadie que se ame a sí mismo no trata de amar a los demás. Sino es así, ese amor es odio enmascarado, no auténtico amor.

¿Sabías que amor y odio no son emociones diferentes?

Amor y  odio no son dos cosas diferentes, el odio es según muchos expertos en emociones, ni más ni menos que otro aspecto del amor. Así, la ira es el otro aspecto de la compasión, y la violencia lo es de la no violencia. Hay que aceptar ambos aspectos puesto que no son dos y, a través de esa aceptación viene inmediatamente la trascendencia.

La mente tiene que amar y odiar, y debe luchar constantemente entre estas dos cosas. Pero lo que ocurre si no odias ni amas, es que vas más allá de la mente.

Como afirma Sosan (Maestro Zen, año 606): «Ni amor ni odio. Simplemente hay que saber ver la realidad del otro». Esto quiere decir, ver al otro tal como es, ver sólo la realidad del otro; no soñar, no intentar encajar al otro de acuerdo a la imagen de uno.

Esto lo sabemos todos pero, somos tan inconscientes como para no reconocer los hechos. El amor se transforma en odio en unos pocos segundos: en un momento amas y en el siguiente odias a la misma persona. Es un juego continuo de amor y odio.

El Tantra afirma que esta división ficticia es introducida por la mente, uno crea primero la división, surge el conflicto, y entonces la persona empieza a luchar provocando que aparezca el problema.

Freud afirmaba desde el psicoanálisis que amor y odio no son simétricos. El yo persigue con fines destructivos aquellos objetos y sujetos que suponen el origen de su insatisfacción porque, constituyen la privación de su satisfacción sexual o una amenaza a su instinto de conservación.

Incluso podría afirmarse que la auténtica relación de odio no procede de la vida sexual del individuo, sino de la lucha del yo por su afirmación y reconocimiento.

El que se ama a sí mismo, ama a los demás porque al relacionarse con los demás, es uno mismo el que se refleja. El otro es solo un espejo. Por lo tanto, lo que sucede en una relación, ha sucedido previamente en el interior de cada persona. No se puede crear, solo es posible revelarlo y manifestarlo.

*«Si te amas a ti mismo, amas a los demás. Si tienes miedo de ti mismo, tienes miedo de los demás, porque al entrar en contacto con los demás empezarás a manifestar tu ser… En este mundo el odio nunca ha disipado al odio. Solo el amor disipa al odio. Esta es la ley ancestral e inagotable».

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