
¿Qué son las cooperativas de consumo?
Las cooperativas de consumo son grupos de personas que se unen con el fin de adquirir productos, bienes o servicios con la mejor relación calidad precio posible que satisfagan las necesidades de los miembros del grupo. Pueden generarse cooperativas de consumo en casi cualquier sector de actividad, es decir, en el sector primario, secundario y terciario. Los servicios o productos adquiridos pueden conseguirse a través de terceros o mediante el auto-abastecimiento.
El asociacionismo que esto comporta lleva implícito unos valores como la solidaridad, el trabajo en equipo, la sostenibilidad, el respeto hacia la comunidad en la que se implanta y la durabilidad para futuras generaciones. Las cooperativas de consumo, fomentan el desarrollo local y el uso consciente de los recursos naturales autóctonos.
Por ende, las cooperativas de consumo ecológico, son grupos de personas que se coordinan en barrios y ciudades para adquirir productos de origen orgánico sin todos los intermediarios del circuito comercial habitual que les proporciona una relación directa con el productor.
En la última década se ha dado una crecida exponencial de cooperativas de consumo ecológico debido a la crisis económica de 2008 y a la tendencia creciente de consumir alimentos de proximidad, que cuentan con un gran valor nutricional y son respetuosos con el medio ambiente y con la económica local. Así mismo han contribuido a este crecimiento los movimientos antiglobalización de principios de siglo y el interés por la alimentación y los estilos de vida saludables.
Contribuciones de las cooperativas de consumo ecológico
Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), pertenecer a este tipo de organizaciones tiene beneficios sociales y económicos para las comunidades.
Veamos algunos beneficios y ventajas de las cooperativas de consumo ecológico:
- Generan empleo. Tanto para los trabajadores de la cooperativas como para los agricultores, potenciando un sistema laboral, ético y seguro.
- Aumento de la competencia de mercados locales. Estas organizaciones mejoran las condiciones tecnológicas, promoviendo la productividad y la competitividad.
- Promoción de la autogestión local. El cooperativismo de consumo involucra a la comunidad autóctona a gestionar con coherencia sus recursos naturales y económicos.
- Educación ambiental. Desde las cooperativas de consumo ecológico se promueve la formación medioambiental, centrada principalmente en el entorno próximo a la organización.
- Apertura de nuevos canales comerciales. Este modelo de empresa sostenible mejora los canales de distribución de productos agrícolas y agro-forestales y crea vías de comercio directas entre productor y consumidor.
- Educación de los consumidores. Las cooperativas deben favorecer la promoción de productos ecológicos y de proximidad, que promuevan un comercio justo, sostenible y mimetizado con el entorno en el que se desarrollan.
- Experiencia y traspaso de conocimientos. Este tipo de empresas dejan un legado cultural, basado en la solidaridad entre vecinos y habitantes de una misma región, así como maneras de trabajar alternativas al comercio convencional.
- Presión para las administraciones. Las cooperativas de consumo ecológico, han de ejercer divulgación y presión a las administraciones competentes de cada región en referencia de conservación medioambiental y comercio de proximidad. He influir de esta manera en decisiones y acuerdos legales relacionados con la biodiversidad y la economía comunitaria.
- Satisfacción de necesidades básicas. A través de estas organizaciones, las comunidades o los grupos de personas que participan en ellas puedes autorregular el consumo de productos, auto gestionar los problemas que aparecen y buscar soluciones en común.
- Promoción de la agricultura y la ganadera autóctonas. Mediante el cooperativismo se protegen la continuidad de las especies agrícolas y ganaderas regionales.
Funcionamiento de las cooperativas de consumo ecológico
No existe una única manera de gestionar una cooperativa de consumo agroecológico. Cada organización tiene su propia manera de proceder que se encuadra en las decisiones enmarcadas dentro de las asambleas. Algunas cooperativas tienen tiendas y otras no. En algunas se contratan trabajadores o bien son los propios miembros quienes se encargan de las tareas de gestión, almacenaje y reparto de los productos de manera rotativa. Otras veces en vez de realizar el reparto, son los propios socios quienes recogen el género en almacenes centralizados.
Por consiguiente todas las cooperativas de consumo han de estar comprometidas con los productores de zonas próximas y han de ser respetuosas con un tipo de comercio justo y sin intermediarios.
Debido al auge de este tipo de iniciativas, en muchas comunidades autónomas se están creando marcos legales que las fomenten y las protejan. Como es el caso de Catalunya, donde según fuentes de la Universitat de Barcelona hace una década se contaban las cooperativas de consumo ecológico con los dedos de una mano y hoy en día superan largamente el centenar de ellas, que cuentan con largas listas de espera.