
El aluminio
El aluminio es el mineral más usado para la producción de productos de uso cotidiano.
Con él se fabrican utensilios de cocina, latas para los refrescos, papel de aluminio, revestimientos de las viviendas, fabricación de electrodomésticos, recipientes, etc.
Este mineral no se encuentra tal cual en la naturaleza sino que se fabrica a partir de otros minerales y es el proceso de extracción de esto minerales y la transformación de los mismos en aluminio lo que produce la contaminación.
¿De dónde procede el aluminio?
El aluminio es uno de los elementos más comunes en la naturaleza, ocupa el tercer lugar, pero se encuentra formando parte de arcillas, caolín, feldespato, etc.
Es un metal muy ligero y maleable, no es magnético y es resistente a la acción de los agentes atmosféricos.
El proceso de extracción suele ser minería a cielo abierto. En estas minas se extrae la bauxita, oxido hidratado de aluminio, de dónde después se extraerá el aluminio.
En las fundiciones la bauxita es sometida a diferentes procesos que culminan con la electrólisis mediante la cual se consigue la extracción del aluminio licuado. Este aluminio licuado se limpia y se convierte en lingotes.
Para conseguir una tonelada de aluminio se necesita procesar unas cuatro toneladas de bauxita. Este proceso genera una cinco toneladas de lodo cáustico que contaminan los acuíferos y pueden dañar la salud de personas y animales.
Contaminación del aluminio
La contaminación del aluminio es preocupante pues la industria del aluminio vierte millones de toneladas al año de gases de efecto invernadero, tales como el dióxido de carbono, que contribuyen al calentamiento global. Además del dióxido de carbono la fundición del aluminio también produce óxido de azufre y óxido de nitrógeno, gases muy tóxicos presentes en la lluvia ácida.
El impacto ambiental producido por la contaminación del aluminio es muy serio y empieza cuando la bauxita se extrae de la tierra. La extracción de la bauxita elimina cualquier tipo de vegetación que exista en el lugar, produciéndose una pérdida del hábitat de la fauna local así como su alimento, también tiene un gran impacto en la erosión del suelo.
Pero la transformación de la bauxita en aluminio es un proceso que requiere grandes cantidades de energía y agua y una vez conseguido el aluminio puro se necesita una ingente cantidad de electricidad para llegar al producto final ya que el aluminio puro es muy estable.
Durante la fundición y procesamiento del aluminio se liberan gases tales como el dióxido de carbono, perfluorocarbonos, dióxido de azufre, fluoruro de sodio y una larga lista de elementos todos ellos gases de efecto invernadero altamente perjudiciales.
¿Qué podemos hacer?
Una buena forma de evitar la contaminación del aluminio es reciclando. El aluminio tiene vida infinita. Se puede reciclar un número ilimitado de veces sin perder sus «cualidades» por lo que es considerado un metal sostenible.
La mejor forma de evitar la contaminación del aluminio es reciclando todos aquellos productos de aluminio que utilicemos.
Al reciclar el aluminio se está ahorrando alrededor del 90% de la energía que se necesita para producir aluminio a partir de la bauxita. Se necesita la misma energía para producir una lata de aluminio a partir de la bauxita que para producir veinte latas de aluminio reciclado.
Desafortunadamente a nivel mundial más de la mitad de las latas de aluminio que se usan no se recicla por lo que nuevos envases tienen que ser fabricados con el consiguiente perjuicio y contaminación para el medio ambiente.
Es necesario tomar conciencia de la importancia de este problema. Disminuir la contaminación del aluminio es algo que está en manos de todos y que nos supone ningún esfuerzo descomunal, solo tenemos que separar los productos de aluminio y depositarlos en lugar correspondiente para que puedan ser reciclados una y otra vez.
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