
¿Qué es la deuda externa?
La deuda externa es el dinero que un país adquiere de otros países, de los bancos o de las Instituciones Financieras internacionales.
Deudas adquiridas porque estas naciones no tienen en el momento la liquidez necesaria para salir adelante por una crisis interior, por un gran desastre natural como el tsunami de Indonesia o, más reciente, el tornado de Filipinas o para proyectos de desarrollo económico, etc.
Algunos países llegan a tener tal volumen de deuda que les resulta imposible hacer frente a los pagos y su situación no deja de empeorar ya que los intereses no dejan de sumar con lo que los países se ven con «el agua al cuello».
Consecuencias de la deuda externa
En ocasiones esta situación genera graves consecuencias para los países que piden ese dinero prestado y la población de estos países acaba viéndose gravemente perjudica por esta politica de amortizaciones.
Algunas de las consecuencias de la deuda externa más comunes y graves en términos generales son:
- Imposibilidad de obtener nuevos créditos en caso de necesidad.
- Exigencia de fuertes requisitos por parte de los fiadores, circunscribiendo políticas económicas restrictivas, normalmente muy duras con la población.
- Altísimo crecimiento de la inflación, que obstaculiza más el cubrir la deuda externa. Se intenta aumentar la producción con la explotación indiscriminada de los recursos naturales.
- Esto produce que la inversión caiga disminuyendo el ingreso público y privado.
- En algunos casos la deuda es tan grande que el país no alcanza a pagar ni los intereses, con lo que en vez de disminuir la deuda crece, aún sin que el deudor deje de pagar constantemente, con lo que se imposibilita el desarrollo económico del país, entrando en un círculo vicioso hacia un mayor empobrecimiento.
- Todo esto impide que un país se desarrolle tanto económicamente, como de forma socialmente equitativa y ambientalmente sostenible, limitando todas sus posibilidades.
Para quién tiene consecuencias la deuda externa
Como ya se puede ir desprendiendo del apartado anterior, las consecuencias de la deuda externa son sufridas por la población, especialmente la más vulnerable.
Aunque se piensa por lo general que son los gobiernos los que devuelven ese préstamo, no debemos olvidar que el dinero lo obtiene a través del pueblo, que debe además sufrir restricciones como:
- Ancla la situación de pobreza y se concentra en la sociedad.
- La crisis de la deuda es la causa principal de empobrecimiento y mal nutrición.
- Frena la democratización.
- Impide la implantación de servicios sociales, sanitarios y educativos.
- Obliga a los pobres a agotar sus recursos normales de existencia por sobreexplotación de la tierra y sus materias primas con el fin de obtener más producción para pagar la deuda.
- Anualmente fallecen más de quinientos mil niños por los recortes en los servicios sanitarios como consecuencia del pago de la deuda. Por ejemplo, África, gasta cuatro veces más en devolver la deuda externa que en atención sanitaria. Mozambique dedica el 33% del presupuesto a la deuda y sólo un 7,9% a educación y un 3,3% a sanidad.
- Un país altamente empobrecido no puede invertir en escuelas, sanidad y demás necesidades básicas.
La deuda odiosa
Las consecuencias de la deuda externa no sólo afectan a los países morosos que incumplen sus acuerdos de forma irresponsable, como podía ser el caso de algunos dictadores que pidieron préstamos, por ejemplo como en el caso de Argentina, entre otros muchos.
El dinero no se solicita en favor del pueblo, sino, por el contrario, con fines de lucro personal o corporativo o para la represión social y política, por tanto contra el pueblo. Esta es la llamada «deuda odiosa» en la que encima estos ciudadanos vilipendiados además deben pagar las consecuencias del endeudamiento para beneficios personales o contra sus intereses básicos.