
¿En qué consiste realmente?
Actualmente existen dudas de cómo prevenir la obesidad infantil ya que es un concepto multifactorial lo que conlleva a tener que abordar varias causas.
No obstante, estudios recientes determinan que las actuaciones para poder prevenir la obesidad infantil deberán intervenir en:
Medio escolar:
Este medio juega un papel clave en la prevención primaria. Los programas escolares multifacéticos que promocionan tanto la actividad física como la modificación de la dieta y que se centran en los comportamientos sedentarios pueden contribuir a la reducción de la prevalencia de la obesidad en escolares y especialmente niños.
Actividad física:
Existen resultados prometedores que apuntan hacia la efectividad de concentrar las intervenciones en un único objetivo, el control del comportamiento sedentario sobre niños fomentando una vida más activa.
La familia y su entorno:
La implicación de la familia y especialmente los programas de modificación de conducta en los que los padres y madres actúan como agentes de cambio, modificando sus propios estilos de vida, son más efectivos que los dirigidos únicamente a los cambios de comportamiento en niños. Con lo que podemos concluir que si el niño se siente acompañado con el cambio le será mucho más fácil y llevadero.
Medio sanitario:
Elegir un buen especialista resulta crucial para poder prevenir la obesidad infantil. Un profesional de la salud actualizado y que entienda tanto de alimentación cómo de psicología pediátrica abordará mejor que uno que no esté actualizado en los últimos estudios nutricionales.
Pautas de cómo prevenir la obesidad infantil
Así pues y dado que la obesidad infantil es un problema que abarca muchos conceptos indicaremos algunas pautas que seguir para poder prevenir la obesidad infantil de manera más efectiva:
- Potenciar los patrones de alimentación saludable:
- Importancia de la lactancia materna y realizar una correcta introducción de los alimentos a los niños según su edad.
- Respetar el apetito de los niños y no forzar la alimentación de éstos.
- Restringir el consumo de alimentos energéticamente densos, cómo los tentempiés y productos procesados tipo bollería industrial etc., y refrescos azucarados.
- Realizar una dieta equilibrada con un consumo adecuado de grasas, frutas y verduras (pirámide de alimentación).
- Fomentar la práctica de ejercicio físico de manera regular reduciendo las actividades sedentarias cómo ver la televisión, jugar a videojuegos, al ordenador… limitándolas a un máximo de 1 o 2 horas al día.
- Implicar a toda la familia en las actividades recomendadas. Es muy importante potenciar estilos de vida saludables y dar ejemplo de ello, ya que el niño/a se sentirá acompañado en su proceso además de no sentirse excluido.
- Tener en cuenta las posibilidades del entorno. El objetivo de cómo prevenir la obesidad infantil consiste primordialmente en promover y modelar actitudes positivas hacia la alimentación y la actividad física evitando centrarnos tanto en el peso corporal para así paliar efectos adversos tales cómo podrían resultar los trastornos de la conducta alimentaria.
Conclusiones de cómo prevenir la obesidad infantil
Ya que la obesidad infantil es un problema en auge, debemos de adoptar un enfoque con una perspectiva multidisciplinar, multisectorial y multifactorial. El déficit de concienciación social solo es posible combatirlo planteándolo como un verdadero problema de gran alcance y graves consecuencias al que todos debemos de contribuir, no sólo el niño/a y el médico, sino todo su entorno ya que de alguna forma también somos responsables de ello.
Así pues, el objetivo principal sería conseguir que los niños cada vez tomen más conciencia mejorando su calidad de vida y de alimentación, educándolos y formándolos a adquirir hábitos saludables.