
¿Qué es un suplemento alimenticio?
Aunque suelen aparecer en formatos de capsulas, pastillas o jarabes no son medicamentos. Eso no quita para que arreglen trastornos del organismo, pero en, esencia, son nutrientes o micronutrientes que se toman siguiendo estas formulaciones para completar la alimentación diaria.
Suplementos alimentarios
Una persona sana, con una ingesta calórica adecuada y con una variedad de productos alimenticios aceptables solo debe tomar suplementos vitamínicos en circunstancias muy concretas. Y siempre siguiendo los consejos de un profesional y por poco tiempo. El tratamiento no debe durar más de 3 o 4 meses.
Aunque entre deportistas y aficionados al culturismo son bastante populares los realizados con proteínas para ganar masa muscular, los más demandados son los polivitamínicos. Estos, a veces, se combinan con un combinado de minerales diversos.
Están disponibles en parafarmacias, herbolarios e, incluso, en supermercados corrientes y, en Occidente, hay una propensión a abusar de ellos por considerarlos esencialmente «buenos».
Por supuesto, no debes dejar de tomar el suplemento multivitamínico adecuado si el médico ha detectado cualquier carencia en algún micronutriente específico y es recomendable en determinadas circunstancias, pero, no hay que consumirlos de forma indiscriminada.
Al contrario de lo que se cree, el exceso de vitaminas, minerales, proteínas y, por supuesto, grasa, son perjudiciales para nuestro organismo. Y casi todos los casos de intoxicación se dan en personas aficionadas (por no decir enganchadas) a complementos de este tipo. Es muy extraño un cuadro perjudicial por una elevada ingesta vitaminas cuando estas se extraen y se toman desde los alimentos.
Los beneficios de los suplementos vitamínicos son muy discutidos ya que, como hemos dicho, lo mejor para conseguir el aporte de todas las vitaminas y minerales que necesitamos es seguir una dieta sana y equilibrada.
Cuándo tomar suplementos vitamínicos
Hay que intentar NO dar este tipo de preparados a los niños que no comen o están desganados a no ser que lo recete el pediatra.
No obstante hay ocasiones en que si es necesario aprovechar los beneficios de los suplementos vitamínicos y es cuando por una u otra razón nuestro organismo se encuentra un poco fuera de juego.
Veamos cuando son recomendables:
- En personas ancianas cuando están muy desvitalizadas y deprimidas. Hay que ser prudentes si hay alguna dolencia renal, crónica o hepática.
- En cambios de estaciones o de tiempo para combatir la astenia primaveral y la desgana del otoño.
- En épocas de estrés excesivo, trabajo intelectual intenso, exámenes, pruebas importantes, oposiciones o problemas graves.
- Hay que tener cuidado con los suplementos vitamínicos específicos para adolescentes, ya que algunos de estos preparados tienen cafeína y otros productos altamente estimulantes o adictivos.
- Si te vas a someter a un proceso de fecundación asistida o estás pensando quedarte embarazada. Imprescindible un buen aporte de ácido fólico.
- Como coadyuvante en los tratamientos psiquiátricos leves, cuando hay depresión moderada, cansancio, apatía o desgana.
- En las distintas dietas para adelgazar o perder peso.
- Cuando se espera alguna intervención o tratamiento médico de importancia.
Existen suplementos específicos para dolencias o problemas concretos: para la piel, para la fragilidad del cabello, para reponer fuerzas, para levantar el ánimo, en procesos de gestación o de desgana.
¿Son perjudiciales los suplementos vitamínicos?
Como todo lo referente al organismo humano, todo depende de las dosis y del micronutriente específico. Algunos, aunque se tomen cantidades ingentes, logran ser excretados por el organismo y no llegan a producir daños. Otros, cuando se ingieren en demasía, pueden, incluso, provocar dolencias graves.
Lo ideal es que no contengan lactosa, gluten ni ningún aditivo químico.
¡Imposible que esto suceda tomando los alimentos adecuados!
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