Asanas para abrir el Chakra Vishuddha

En este artículo hablaremos, particularmente, de Asanas para abrir el Chakra Vishuddha y destacaremos para ello la práctica de la asana Halasana o el Arado.

Asanas para abrir el Chakra Vishuddha
Autor: Daya Kaur

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Asanas para abrir el Chakra Vishuddha

De los siete principales centros metafísicos de energía el quinto, Vishuddha, está situado en el plexo laríngeo, en la base del cuello. Vishuddha significa en sánscrito «pureza», es decir, la purificación lograda con el trabajo cumplido en los cuatro chakras anteriores, que ha generado ideas dignas de ser expresadas.

Vishuddha, que vibra con los tonos claros del color azul (similar al turquesa) está relacionado con la comunicación, con saber expresarse y también con la capacidad de escuchar. Lo importante es la comunicación en sí misma y el mensaje que dichas palabras contienen. Las partes del cuerpo relacionadas con Vishuddha son la garganta, los oídos, la nariz, las muelas, la boca y el cuello.

Entre los problemas de salud asociados al bloqueo del chakra Vishuddha se citan el dolor de garganta, el dolor de cuello, el mal funcionamiento de las glándulas tiroides, la hipoacusia, zumbidos en los oídos y el asma. Las disfunciones emocionales propias de Vishuddha son el perfeccionismo, la incapacidad para expresar emociones y la verborrea.
Entre otras asanas para abrir el Chakra Vishuddha explicamos con detalle Halasana, el Arado, que también influye en el último Chakra principal, el de la coronilla.

Asana Halasana: el Arado

Colocarse tumbado boca arriba, con los brazos rectos y a ambos lados del cuerpo, las palmas contra el suelo firmemente y el mentón hacia el pecho.

Con un movimiento lento y continuo levantar despacio las piernas, estiradas y juntas, hasta que queden verticales; al mismo tiempo levantar y doblar las caderas, separando la espalda del suelo con los muslos hacia el pecho. Tratar de llevar las piernas por detrás de la cabeza para tocar el suelo con los pies.

Una vez en la postura alejar los pies de la cabeza para acentuar la curvatura de la parte superior de la espalda y, especialmente, de la nuca. Mantener las piernas rectas y relajar todo el cuerpo. En el caso de que los pies no bajen hasta el suelo apoyar las manos en la zona lumbar, con los codos fijos en el suelo, para que los brazos mantengan el peso de la espalda con seguridad.

Para deshacer la postura llevar los pies hacia la cabeza e invertir los movimientos anteriores (flexionar las piernas hasta tocar el pecho con los muslos, llevar las piernas a la vertical y luego bajar muy lentamente las piernas, haciendo que primero baje el tronco).

Tras salir de la postura relajarse en la postura de Savasana.

Entre los beneficios de Halasana destacan

  • Estimula los órganos abdominales, masajeando en especial los riñones, el hígado, el bazo y el páncreas.
  • Activa la digestión.
  • Normaliza el ciclo menstrual.
  • Flexibiliza las vértebras y tonifica los nervios de la espina dorsal. Estira las regiones cervical y torácica.
  • Fortalece el cuello, tórax y piernas.
  • Beneficia la glándula tiroides y paratiroides.
  • Reestablece del cansancio, dolores de cabeza o jaquecas.

Precauciones para Halasana

Halasana no debe ser ejecutada en ningún caso por personas de edad avanzada, con lesiones en vértebras cervicales o con problemas graves de la columna lumbar. Las personas con trastornos cardíacos pueden realizar pero con especial precaución.

Además, hay que tener cuidado para que, durante la ejecución de Halasana la cabeza no abandone el suelo en ningún momento. Las piernas, al deshacer la postura, no deben caer pesadamente sino apoyarse progresivamente para que los músculos abdominales controlen el movimiento; tampoco hay que tensar los hombros ni las cervicales.

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