
¿Qué son los alimentos transgénicos?
Los alimentos transgénicso u organismos genéticamente modificados (OGM) son aquellos sobre los que ha intervenido la ingeniería genética actuando directamente sobre el ADN (unidad de información genética de los seres vivos).
Según la OMS, se definen como aquellos organismos (animales, plantas o microorganismos) en los que se ha alterado el ADN de una forma que no ocurriría de forma natural. Esto permite seleccionar, modificar y transferir material genético de una especie a otra, combinando caracteres que no existirían de otra forma
Cuando utilizamos el término para referirnos a un animal o planta es para especificar que la manipulación genética se ha producido entre dos especies diferentes (por ejemplo, introducir el gen de una medusa en una patata).
OGM en agricultura
Estas técnicas de biología molecular se empezaron a aplicar en 1980 con los primeros ensayos sobre tomates resistentes a herbicidas. En 1994 se empezaron a comercializar los primeros alimentos OGM, con su cultivo localizado en Estados Unidos. A partir de 1997 se generalizó esta práctica en todo el mundo.
En 2012 nos encontramos con una notable utilización de hectáreas situadas en países en vías de desarrollo para este tipo de cultivos, concretamente 20 de los 28 países donde se practican estos cultivos.
Estados Unidos es el país que más aporta a nivel mundial, seguido de Brasil, Argentina, Canadá e India.
En España sabemos que el 30% de todo el maíz que se cultiva es de esta condición.
Estas técnicas se aplican sobre todo a una selección de cultivos relacionado con las necesidades agrícolas industriales. El 99% de los cultivos transgénicos que se comercializan son de soja, colza, maíz y algodón. Los cultivos de tomate, plátano, trigo y patata no se practican por el rechazo de los consumidores.
En agricultura, los objetivos principales son la tolerancia a herbicidas y la resistencia a insectos.
Pese a que son técnicas muy recientes, se han introducido a gran escala en los ecosistemas. Los microorganismos o plantas cultivadas pueden intercambiar sus genes por cruzamientos con otros cultivos vecinos, por lo que la polución genética es irreversible y no se conoce la capacidad de adaptación del medio ambiente a este fenómeno.
Principales problemas
Al aplicar este tipo de técnicas moleculares, la información que se transfiere de un organismo a otro no es únicamente el gen de interés, sino que es acompañado por otra información supuestamente irrelevante, llamada “ADN basura”. El lugar de integración de esta información transferida en el nuevo organismo es aleatorio y su estabilidad a lo largo de su evolución a medio plazo es desconocida.
También encontramos otros problemas relacionados con:
- Barreras reproductivas: la manipulación genética permite atravesar las barreras reproductivas entre especies. Sabemos que las especies existentes actualmente son el resultado de la evolución natural de muchos millones de años. Las nuevas modificaciones producen alteraciones entre especies que son imprevisibles y podrían debilitar el desarrollo de la especie humana como consecuencia de la aparición de disfunciones en los ecosistemas.
- Irreversibilidad: los cultivos transgénicos comerciales favorecen la diseminación de OGM a otros cultivos. Si la polución genética resulta perjudicial para el ecosistema, no se podrá dar marcha atrás.
- Desconocimiento: no se conocen los efectos de la polución genética a medio ni largo plazo.
Impacto sobre el medio ambiente
Como se ha mencionado anteriormente, los ecosistemas son el resultado de una evolución de muchos años en que las especies se organizan de una determinada manera y se mantiene en equilibrio. Introducir especies, ya sean nuevos organismos, insectos o plantas, influye en el equilibrio del ecosistema, afectando negativamente a la convivencia de especies si se tratara de organismos sin depredador natural o de organismos resistentes a cualquier tipo de tratamiento.
Cuando se inició el uso de esta técnica, se fabricaron plantas que toleraran tratamientos herbicidas, de forma que se podían utilizar grandes cantidades de producto sin afectar al cultivo. Esto provocó un agravamiento en la contaminación de los suelos y aguas que influye directamente sobre la cadena alimentaria. Además este hecho puede dar lugar a nuevas malas hierbas resistentes a herbicidas que perjudiquen los futuros cultivos.
Por último, la creación de plantas tolerantes a virus se hace mediante un proceso con un bajo grado de control y que puede favorecer la aparición de nuevos patógenos contra los que no se conoce tratamiento actualmente, con el peligro que conlleva esto para nuestra salud.
Impacto sobre la salud de los alimentos transgénicos
Por lo que respecta a nuestra salud, los principales problemas que encontramos son las resistencias a antibióticos y la toxicidad de los alimentos OGM.
Es conocida actualmente la diseminación de genes resistentes en el medio ambiente en millones de hectáreas, como por ejemplo la ampicilina, un antibiótico utilizado regularmente en medicina.
Tampoco existen estudios sobre la toxicidad crónica que puede suponer en animales el acumulo de pesticidas en estos alimentos.
¿Cómo puedo evitar los alimentos transgénicos en la dieta?
Hasta el año 2004, no estaba regulado el etiquetaje de los productos de esta condición, por lo que el consumidor no podía saber si un producto había sido modificado genéticamente.
A partir de ese año, es obligado en la Unión Europea que todos los alimentos y piensos que contengan ingredientes o derivados de productos transgénicos sean debidamente etiquetados.
Lo que sigue fuera de nuestro alcance es conocer si los alimentos derivados de animales, la alimentación de estos es a base de pienso transgénico o no.
Más información
Si quieres obtener más información sobre los alimentos transgénicos y temas relacionados con tu salud, puede utilizar el enlace a continuación de la Organización Mundial de la Salud, dónde responde a muchas preguntas sobre esta materia: https://www.who.int/news-room/q-a-detail/food-genetically-modified