
Antes de hablar sobre alimentación: ¿Qué es el cáncer?
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) el cáncer es:
‘’Designa un amplio grupo de enfermedades que pueden afectar a cualquier parte del cuerpo; también se habla de «tumores malignos» o «neoplasias».
Una característica del cáncer es la multiplicación rápida de células anormales que se extienden más allá de los límites normales y pueden invadir partes adyacentes del cuerpo’’ (metástasis).
Y, como en la gran mayoría de las enfermedades, una buena alimentación puede ayudar a prevenir el cáncer.
¿Por qué se genera cáncer?
Entre las razones que dificultan el estudio para encontrar la cura para el cáncer se encuentra la infinidad de factores que pueden generar o motivar a la creación de un cáncer. Según la persona, el contexto, el tipo de cáncer, la ubicación…Habrá unas razones u otras.
Una lista general de los factores de riesgo para el cáncer:
- Genética.
- Hábitos saludables (vida sedentaria, mala alimentación, fumar, beber…).
- Edad.
- Entorno (trabajo, fumador pasivo…).
- Enfermedades previas.
- Factores químicos (pesticidas, nitratos, alimentación rica en refinados).
- Factores físicos (efecto electromagnético).
- Factores mentales (estrés, sufrimiento…).
Alimentación durante el cáncer: algunos consejos
Como ya se sabe, existen muchos tipos de cáncer (boca, estómago, riñón, huesos, piel…) y cada uno afecta de una forma distinta y a distintas intensidades en cada organismo.
Hay factores que pueden influir en la aparición del cáncer:
- Exceso de carne de origen animal.
- La obesidad.
- Hormonas ingeridas por producto animal.
- Fertilizantes de vegetales.
- Exceso de fritos.
- Exceso de alimentos tostados y quemados.
- Consumo de alcohol.
- …
Llevar una alimentación saludable, variada y tener un cuerpo y una mente sana, son herramientas muy buenas para poder prevenir el cáncer.
Aun así, hay alimentos que tras su consumo pueden ayudar a prevenir distintos tipos de cáncer:
- Pimiento: protege el daño oxidativo de las grasas.
- Espárragos: protege de un tumor hepático.
- Judías verdes: clorofila, previene el cáncer de estómago e hígado.
- Apio: útil durante el tratamiento contra el cáncer.
- Rábano: útil en cáncer de mama post menopausia.
- Cúrcuma: regula apófisis, inhibe crecimiento del cáncer de colon.
- Brócoli: protege cáncer de próstata.
- Pepino: ayuda a prevenir el tumor de lengua.
- Tomate: genera protección prostática.
- Frutas y verduras: menor riesgo de cáncer estomacal.
- Vinagre de sidra: útil para cáncer de esófago.
- Granada: útil en cáncer de mama, colon, y próstata.
- Crucíferas, aguacate, aceite de oliva virgen extra, semillas de lino.
A nivel general ayuda a la prevención generosamente: frutos, vegetales, verduras, hojas verdes; moderadamente: carnes, pescados, frutos secos; escasamente: algas, alimentos probióticos, zumo de hierbas…
¿Cómo favorecer el tratamiento en cáncer con la alimentación?
Los alimentos comentados anteriormente, en la gran mayoría de veces, podrán favorecer/facilitar el tratamiento. También existen otros métodos que se ven recomendados y que últimamente se están estudiando su efectividad:
- Dieta cetogénica: sobre todo recomendada en situación de cáncer de cerebro. La glucosa (azúcar) es el principal alimento de las células tumorales. Una alimentación cetogénica podría favorecer el estado nutricional del paciente por la baja ingesta de glucosa en la dieta (es muy importante tener en cuenta el contexto de cada persona).
Alimentos que se pueden incluir en una dieta cetogénica: aguacate, pepino, limón, cayena, algas, chía, ajo, espinacas, aguacate, coco, calabacín, pepino, espárragos, alcachofas, brócoli, frutos secos, yema de huevo, pescado blanco, pescado azul, aves, semillas de lino, huevos…
- Dieta alcalina: el objetivo principal es producir cambios de acidez metabólica para alternar homeostasis tumoral y reducir entrada de nutrientes y salida de catabolitos celulares (es muy importante tener en cuenta el contexto de cada persona).
Alimentos que se pueden incluir en una dieta alcalina: espinacas, ajo, chía, algas, plátano, sandía, aguacate, pepino, limón, cayena, frutos secos, semillas, polen, germinados de legumbre y verdura. Por el lado de las infusiones: llantén, regaliz, desmodium, cardo mariano, salvia.
Conclusión
Una buena alimentación (variada, saludable, sin excesos…) puede ayudar a prevenir el cáncer siempre y cuando vaya acompañado de un buen contexto y unos buenos hábitos de vida. También es recomendable seguir una buena alimentación durante un tratamiento contra el cáncer, esta puede aliviar ligeramente los efectos negativos del tratamiento y de la enfermedad.
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