Alergia al níquel: conoce sus causas y sus síntomas

Una persona con alergia al níquel debe aprender a detectar qué objetos de su vida cotidiana contienen este alérgeno y evitar su uso o contacto directo.

Alergia al níquel: conoce sus causas y sus síntomas
Ángela Mogollón García
Dietista y asesora nutricional

¿Qué es la alergia al níquel? Causas y síntomas

La alergia al níquel es la más común de las conocidas “dermatitis por contacto”. Se trata de una reacción localizada de la piel, acompañada de picor, escozor y enrojecimiento que aparece en la zona que ha estado en contacto con el níquel, el alérgeno que desencadena la reacción defensiva de nuestro sistema inmune.

El níquel es el metal que provoca el mayor número de alergias dado que está presente en multitud de objetos de aspecto plateado de nuestra vida vida cotidiana, al ser un material muy maleable y que garantiza al fabricante precios más baratos. Bisutería, relojes, botones, herramientas, smartphones, piercings… El contacto directo y continuado con este material favorece la aparición repentina de la alergia al níquel.

Aunque los síntomas aparecen en unos veinte minutos, tales como enrojecimiento en la zona de la piel expuesta al níquel, prurito, escozor y hasta pequeñas ampollas de líquido transparente, la alergia al níquel puede cronificarse si no deja la piel de estar en contacto con el alérgeno. En fases más avanzadas, la piel forma un eccema que se engrosa y se fisura.

En algunos casos han aparecido alergias en la piel en zonas generalizadas y que no han estado en contacto con níquel o complicaciones por infección en la superficie de la piel por bacterias, pero poco frecuentes y donde se estudian otras posibles causas.

¿Cómo saber si tengo alergia al níquel?

Como hemos escrito antes, la reacción más típica es el picor y la rojez en una zona localizada que ha estado expuesta al níquel. Las zonas más comunes son las orejas, las muñecas y el cuello debido al uso de bisutería, por ello las mujeres son las más afectadas. También es común la parte baja del abdomen, por la posibilidad del contacto con hebillas de cinturón o botones de pantalones. Cuando aparece el eccema en las manos es por un objeto con níquel que usamos frecuentemente tal como una herramienta o utensilio de cocina.

Su médico o alergólogo puede diagnosticar alergia al níquel con una correcta exploración de la piel, aunque existen pruebas concretas que se realizan en la espalda y donde se pueden descartar otras alergias que nos provoquen síntomas similares.

Tratamientos

Aunque no existe un tratamiento que consiga eliminar esta reacción podemos mejorar y calmar los síntomas. La alergia al níquel se trata fundamentalmente evitando el contacto con sustancias que llevan níquel y con la aplicación de cremas que calmen y reduzcan la inflamación. Suelen ser pomadas con corticoides, aunque hay opciones más seguras y naturales como cremas o lociones con caléndula, aceite de hipérico o emplastos con arcilla.

Es fundamental no usar objetos de la vida cotidiana con níquel o proteger la piel poniendo “barreras”. Se pueden forrar los botones con tela o aplicar resinas al metal que nos eviten el contacto directo. Recomendamos el uso de bisutería de calidad, de metales más nobles y puros, como oro, platino, o acero quirúrgico en el caso de los piercings.

Lo habitual es que, con la debida precaución, controlemos la alergia al níquel. En casos de mucha sensibilidad o de exposición prolongada (en el caso de profesionales) podemos tomar otras medidas más estrictas y específicas.

Prevención y alimentos a evitar en la alergia al níquel

Una persona con alergia al níquel debe aprender a detectar qué objetos de su vida cotidiana contienen este alérgeno y evitar su uso o contacto directo. Son muchos y los utilizamos a diario. Collares, anillos, pulseras, relojes, piercings, herramientas, utensilios de cocina, remaches o acabados en la ropa y complementos… Pero el níquel es un metal presente de manera natural en muchos alimentos, en las tierras de cultivo y en productos procesados tales como las latas de conserva, que deben evitarse totalmente de la dieta.

Los alimentos que contienen más níquel son los mariscos, habas, guisantes, tomates, puerros, alubias, judías, espinacas, cebollas, chocolate, cacao, maíz, trigo sarraceno, avena, avellanas nueces, almendra, higo, piña, ciruela, pasas, frambuesa… Recomendamos el seguimiento de un dietista o nutricionista que supervise y aplique una dieta correcta para la alergia al níquel. Lo más habitual es que comience siendo muy estricta y poco a poco se introduzcan nuevos alimentos para valorar su posible reacción y poder aislar aquellos que nos causan peores síntomas.

Es importante por otro lado una correcta hidratación de la piel y la ingesta de abundante líquido.

También se relaciona la alergia al níquel con la baja ingesta de hierro, debido a que estos dos metales compiten en la absorción a nivel intestinal. En muchos casos mejoran los síntomas al asegurarse una ingesta adecuada de hierro.

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