
Según afirman algunas fuentes, el aceite de girasol fue utilizado por primera vez por las tribus indias americanas en el año 3000 a. C. No sabemos hasta qué punto eso es cierto, pero hay algo de lo que estamos seguros: vale la pena conocer las propiedades del aceite de girasol, te las contamos en este artículo.
¿Cómo se obtiene el aceite de girasol?
El aceite de girasol se obtiene del prensado de las semillas de girasol (Helianthusannuus).
El proceso de elaboración incluye el descascarillado de las semillas (las cáscaras se utilizan para la producción de combustible); la trituración, rompiendo las células vegetales para el prensado; y la extracción. El producto final de este proceso es un líquido de color amarillo con sabor ligeramente dulce, cuya acidez máxima es de 0,2 grados.
Podemos distinguir dos tipos de aceite de girasol en función de cómo se obtiene:
- Aceite de girasol virgen: se obtiene por procesos exclusivamente mecánicos, pudiendo haber sido purificado únicamente por lavado, sedimentación, centrifugación o filtración, y sin aditivos.
- Aceite de girasol refinado: obtenido por prensado y extracción, y luego sometido a un proceso de refinación.
Composición nutricional y propiedades del aceite de girasol
En la composición del aceite de girasol sobresalen los ácidos grasos poliinsaturados, (las grasas saludables) destacando el ácido linoleico (omega-6): un ácido graso esencial que al no ser sintetizado por el organismo debe proporcionarse diariamente a partir de los alimentos.
Una de las importantes propiedades del aceite de girasol es que las grasas insaturadas que contiene son bien metabolizadas en el hígado. Esto contribuye a mejorar los perfiles de colesterol, aumentando los niveles de HDL (colesterol bueno) y a reducir el colesterol “malo” y los triglicéridos en la sangre, lo que tiene efectos cardio protectores.
Otra de las propiedades del aceite de girasol es que es uno de los aceites más ricos en vitamina E (56mg/100g), solo superado por el aceite de germen de trigo. Esta vitamina ejerce una acción antioxidante en el organismo ya que retiene el 50% del oxígeno normalmente metabolizado por las células y los tejidos, lo cual ayuda a controlar y reducir la fatiga del corazón y de las propias células.
También podemos destacar entre las propiedades del aceite de girasol que aporta vitaminas y antioxidantes que protegen la piel contra los rayos solares. Además, ayuda a retener la humedad de la piel y contribuye a la formación de elastina y colágeno.
Cómo consumirlo
Conocidas las propiedades del aceite de girasol veamos algunos consejos de sobre cómo consumirlo: es mejor consumirlo crudo, para aliñar ensaladas o para preparaciones de salsas como la mayonesa, y no someterlo a altas temperaturas. Si el aceite de girasol se somete a altas temperaturas (por ejemplo, cuando se usa en preparaciones culinarias fritas), el contenido de vitamina E se volatiliza mediante la aplicación de calor.
Desde el punto de vista organoléptico, en las preparaciones de salsas, el aceite de girasol ofrece untuosidad y un sabor mucho más suave que respeta el de otros ingredientes, cosa que no pasa con el aceite de oliva.
¿Aceite de girasol para freír?
El aceite de girasol es rico en ácidos grasos poliinsaturados, por lo que no es muy resistente al calor. Cuando se somete a calor, degenera produciendo toxinas que son dañinas para el cuerpo.
Con esto, perderemos la gran mayoría de su contenido nutricional y, por lo tanto, también perderemos sus beneficios de antioxidantes y conservantes.
Si freímos con aceite, es mejor hacerlo con aceite de oliva porque contiene una mayor proporción de ácido oleico que es más resistente a la fritura.
Como vemos si queremos aprovechar todas las propiedades del aceite de girasol es mejor usarlo en crudo.
Conservación
Obviamente, los aceites que contienen altas dosis de vitamina E tienen una conservación más duradera que los que contienen menos de esta vitamina antioxidante, ya que la vitamina E evitará que se vuelvan rancios prematuramente.
Esta es la razón por la que un aceite que se almacena en estado crudo se mantiene durante más tiempo sin muchos cambios, ya que no se oxida tanto como cuando se aplica temperatura y se pierde su vitamina E.
Sin embargo, aunque el aceite de girasol contiene un alto contenido de vitamina E, tenga en cuenta que es principalmente una grasa poliinsaturada (más del 65% del ácido linoleico), que es más fácilmente oxidable que uno que tiene niveles altos de ácidos grasos saturados, que tienen menos probabilidades de volverse rancio. Por tanto, el aceite de girasol se conserva menos tiempo que el aceite de oliva, que es mucho más duradero.
Desventajas del aceite de girasol
El consumo excesivo de aceite de girasol puede aumentar demasiado los niveles de omega-6 y romper el equilibrio entre omega-3/omega-6. Las recomendaciones oficiales apuntan que la relación correcta entre omega-3/omega-6 debería ser 1:5 o inferior. Es decir 1 parte de omega-3 por 5 partes de omega-6.
En general nuestras dietas están inclinadas hacia un mayor consume de omega-6. Las ingestas elevadas en omega-6 se asocian con un aumento en la incidencia de las enfermedades inflamatorias. Es aquí donde surge la importancia de consumir de forma balanceada estos ácidos grasos. La cantidad omega-3 que hay que ingerir dependerá en gran parte de la cantidad de omega-6 que consumimos habitualmente.
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